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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El cierre del colegio de lujo que anunció la Junta de Chamberí por abrir sin licencia se queda en una multa de 100.000 euros

Entrada al antiguo Hospitalillo de Chamberí, ya convertido en Colegio Brewster

Diego Casado

Madrid —

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No habrá cierre para el Colegio Brewster, la instalación educativa de lujo que abrió sin licencia y acometió obras de reforma sin haber pedido antes un plan especial. Según una resolución de la Agencia de Actividades, adelantada por El Español, el Ayuntamiento de Madrid limita a una multa de 100.000 euros el castigo por los incumplimientos legales de sus responsables.

Este organismo municipal le impone una infracción “grave” porque funcionó con un uso dotacional educativo privado que era “incompatible con la normativa urbanística vigente”. Y es que el colegio estuvo abierto sin licencia desde el inicio del curso y hasta finales de noviembre, debido a que decidió empezar las clases con el plan especial necesario para su puesta en marcha todavía en tramitación: el Pleno municipal no lo aprobó hasta el 28 de noviembre de 2023.

Un día después, el Brewster solicitó una licencia de actividad al área municipal de Urbanismo, según la documentación a la que ha tenido acceso Somos Madrid. El consistorio aún no ha validado dicha licencia, aunque todo parece indicar que lo podrá hacer después de haber aprobado el plan especial.

La multa impuesta por el Ayuntamiento de Madrid puede ser reducida hasta los 60.000 euros si la entidad infractora reconoce la sanción. De momento, los responsables del Brewster no confirman la multa, en declaraciones a El Español.

Un cierre anunciado y parado por la justicia

También en noviembre se produjo un Pleno en la Junta de Chamberí en el que el concejal de distrito, Jaime González Taboada, informó de que las obras ejecutadas en este centro escolar no contaron con el informe preceptivo de la Comisión de Patrimonio, por lo que se iba a fijar una fecha de cierre, que fue finalmente el 11 de diciembre, un margen temporal que justificó “porque hay muchos niños y hay que buscarles otros colegios”.

Pero el Brewster logró evitar el cierre in extremis, acudiendo a los tribunales para que los funcionarios municipales no lograran ejecutar la clausura de las clases por la falta de licencia, una vez que el plan especial ya estaba aprobado.

La oposición acusó al colegio de haber efectuado obras ilegales para adecuar el antiguo Hospitalillo de Chamberí a su nuevo destino, por haberlas acometido antes de que el plan especial fuera aprobado. Sobre este extremo no se ha comunicado ninguna sanción.

La sanción llega después de que el PSOE alertara sobre este caso de incumplimientos. “Me congratula ver que las infracciones urbanísticas se están sancionando”, dice en declaraciones a Somos Chamberí el concejal socialista que se encargó de denunciarlo, Antonio Giraldo. “Lamento que, en una sanción que han catalogado como grave, se opte por la horquilla más baja de lo sancionable, en torno a los 60.000-100.000 euros, cuando pueden sancionar con hasta 500.000 o 600.000 euros”, dice sobre la cuantía de la multa.

También se pregunta Giraldo “cuántos casos que no conocemos no se están sancionando y qué otras infracciones se están cometiendo en otros lugares. La disciplina urbanística en Madrid no funciona muy bien”, añade. Y espera que la Comunidad de Madrid “también sancione por haber hecho obras irregulares sobre un Bien de Interés Cultural (BIC), en un edificio tan simbólico de Chamberí”.

Un edificio con polémica

El antiguo Instituto Homeopático y Hospital de San José, donde la Comunidad de Madrid invirtió más de tres millones de euros para su rehabilitación, está ahora gestionado por Brewster Academy Spain SL. Esta empresa ha instalado en él una escuela de alto standing, en línea con otros centros internacionales de la marca Brewster. Las matrículas anuales van desde los 6.000€ para alumnado de 3 a 4 años hasta los 22.344€ para el último curso (17-18 años).

Pese a carecer de licencia de obras y de un plan especial iniciado, sus impulsores empezaron a buscar alumnos a principios de año. Sin embargo, pronto se comprobó que los plazos eran muy ajustados, debido a que la condición de Bien de Interés Cultural (BIC) del conocido como Hospitalillo de Chamberí obligaba a postergar obras de calado por la necesidad de aprobar el citado plan especial. Pero la preparación de las aulas exigía algunos trabajos que se desarrollaron durante primavera y verano, según pudo constatar Somos Chamberí. Sus responsables achacaron los retrasos a la “parálisis de la administración”, aunque la tramitación del plan especial fue especialmente ágil en su caso, comparado con otros tiempos administrativos similares en la misma ciudad.

El edificio fue construido entre 1873 y 1878 gracias a una importante suscripción popular de los vecinos de la capital, encabezada por el primer Marqués de Núñez. Un hospital de beneficencia que contribuyó a salvar un cuantioso número de enfermos cuando, a finales del siglo XIX, epidemias de tuberculosis o cólera causaban estragos entre la población de Madrid. Mantuvo su actividad hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936 y su cierre definitivo se produjo en 1980.

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