Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Primera vuelta a Madrid Central: fluida, sin atascos ni controles policiales

Línea roja que marca los límites de Madrid Central | SOMOS MALASAÑA

Diego Casado

0

Llegó el día de apocalipsis para algunos y el de la liberación para otros. Madrid Central está en marcha y me propongo subirme a una bici -de las eléctricas de Carmena- y recorrer todo el perímetro para observar cómo lo han dejado y qué sucede en sus bordes. Son las 9.15 horas del 30 de noviembre y estoy en la estación de Bicimad de San Bernardo, agarro un ciclo que tiene a tope la batería y me lanzo a los bulevares, bajando por Carranza.

Lo primero que llama la atención son las señales. Ya se han quitado los carteles con el logo de Madrid Central y la flor con pétalos ha sido sustituida por señales de prohibido circular y de prohibido girar a la derecha. Se ven bien desde la calzada y, aunque todavía no ponen multas por acceder, da un poco de cosa meterte si no tienes permiso para ello.

Mientras recorro cómodamente los bulevares desde el carril bici veo un tumulto de periodistas a la altura de Bilbao, rodeando a la que parece ser Begoña Villacís, que supongo estará hablando de la posición de Ciudadanos con respecto a estas restricciones al tráfico. Ella está a lo suyo y yo a lo mío así que no me detengo. Se acaba el carril bici y la circulación, de bajada, es fluida. Apenas giran coches a la derecha para entrar en Madrid Central y los que lo hacen son taxis, VTC o repartidores, en su mayoría.

Llego hasta Colón, donde hay más movimiento pero sigo sin ver atascos. Cojo la vía de servicio y circulo junto a la doble raya roja que marca el inicio de Madrid Central. Fue pintada en verano, pero ahora le han dado otra mano y sus colores vivos también imponen a la hora de cruzarla. Voy pedaleando junto a la ampliación de aceras que han probado llegando casi a Cibeles y me encamino por el Paseo del Prado hacia Atocha más rápido de lo que me gustaría, porque casi no estoy pudiendo sacar fotos. Paro en un semáfoto y aprovecho. Son las 9.25.

Desde Atocha enfilo las rondas de Valencia y de Atocha sin apenas ver agentes de la Policía Municipal. No hay establecido ningún control específico de acceso y se ven algunas motos y coches de agentes circulando sin más por la zona. Tampoco hay agentes de movilidad porque el tráfico está muy despejado. Seguro que influye que es finales de mes pero es que ni siquiera el estrechamiento por obras que hay junto al cruce de Ribera de Curtidores afecta a la circulación.

Llego a Puerta de Toledo como un rayo sin apenas incidencias con los conductores, más allá de aquellos que se meten por el ciclocarril superando ampliamente los 30 kilómetros hora (qué pena de pintura desperdiciada en el suelo, nadie los respeta). Y entro en el distrito Centro por la Gran Vía de San Francisco, una de las pocas calles que permite el perímetro de la nueva área restringida. Junto a la Catedral de la Almudena apenas hay coches ni gente. Las hordas de turistas supongo que llegarán luego.

Entro al túnel y salgo justo antes de Plaza de España, donde encuentro algo más de tráfico. El reloj pasa ya de las 9.35. La Cuesta de San Vicente es cada mañana un punto conflictivo pero en esta ocasión la retención en la propia plaza la causan los coches que están intentando acceder a la nueva Gran Vía en los apenas 20 segundos que dura el semáforo en verde. Allí veo el primer y único puesto fijo de la Policía Local, que invita a los coches a desviarse a la izquierda hacia Princesa (aunque permite sin problemas el paso de los que vienen de frente por esa calle). Yo sigo por el perímetro y subo por esta calle, con tráfico pero sin atascos en ningún momento.

Girando hacia Alberto Aguilera estoy a punto de completar mi recorrido. Vuelvo a meterme por el inicio de Santa Cruz de Marcenado para pasar por uno de los puntos que -vaticino- más multas por acceso indebido a Madrid Central puede provocar: el de su cruce con Mártires de Alcalá, una entrada recta después de un semáforo en una calle con mucho aparcamiento y que, si los avisos, señales y el cambio de rasante no lo lo remedian, se convertirá en el nuevo Leganitos.

Por suerte, yo voy en bici y puedo hacer este recorrido sin quebrantar la nueva normativa. Sigo por la calle y llego de nuevo a la estación de Bicimad en San Bernardo. Son las 9.49 y he completado una vuelta al distrito Centro en un tiempo récord, con una fluidez en el tráfico sorprendente. Desconozco si muchos conductores han dejado hoy el coche en casa por el estreno de la medida o porque han llegado justos al final de mes después del Black Friday, pero lo cierto es que el primer día de Madrid Central no se ha desatado el caos que algunos vaticinaban. Es más, yo he conducido -al menos hoy- mejor que nunca.

Más información:

Más información:

Nombre (necesario)

"Bici de las eléctricas de Ana Botella"
Etiquetas
stats