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Una nueva terraza en Luna certifica la defunción de la plaza para uso vecinal

Antonio Pérez

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La aparición de una nueva terraza en mitad de la plaza de Soledad Torres Acosta, plaza de la Luna, certifica la muerte de este lugar como espacio de asueto y diversión, especialmente infantil, según la asociación vecinal ACIBU. A la gigantesca terraza que lleva años operando en el centro de la explanada de granito, cerrada en los últimos tiempos por modernas vallas acristaladas para proteger a sus usuarios de las molestias que solía ocasionar algún que otro balón suelto, patín o bicicleta, se le ha unido en la última semana la de un nuevo bar situado en los soportales  que hay junto a la comisaría de policía, El Lugar de Martina. Son otras 16 mesas y 64 sillas que se despliegan bordeando esa fuente soterrada cuyos 'géiser' de agua nunca están en funcionamiento y sus lajas de granito permanecen eternamente rotas.

Cuando el anterior concejal de Centro, José Enrique Núñez, permitió la colocación de una terraza en Luna argumentó que esta serviría para ahuyentar de la zona prácticas indeseables como la del botellón, y que contribuiría a mejorar la seguridad y la imagen de la misma desplazando de ese espacio a personas non gratas. Con la posterior apertura en Soledad Torres Acosta de una comisaría de Policía, la cuestión parecía que quedaba totalmente resuelta. “¿A santo de qué una nueva terraza?”, se preguntan desde la asociación vecinal.

En uno de los extremos de la plaza, junto a la minúscula zona infantil diseñada entre la salida de humos del aparcamiento subterráneo y el fracasado intento de jardín vertical -que pretendía ser el contrapunto verde a los muchos metros cuadrados de cemento con los que se cubrió el espacio-, aún hay situada otra terraza más, aunque con menos mesas, seis, y mucho menos invasiva.

“Se confirma que para el Ayuntamiento sobran niños y faltan terrazas en el centro de Madrid”, denuncia ACIBU, asociación que recientemente se quejaba también del cambio acontecido en el jardín silente del COAM, que perdió espacio verde para ganar mesas en las que consumir. “Hace unos años, en una reunión en Espacio Pozas (Cruz Roja), representantes del Ayuntamiento intentaron explicar a distintos colectivos vecinales lo bueno que sería instalar una terraza en el centro de la plaza de Santa María Soledad Torres Acosta. No salimos muy convencidos de dicha reunión. Pero nos aseguraron que esa sería la única terraza que permitirían plantar en la plaza, al menos en su parte central. Hoy, al bar que ocupa la antigua oficina de rehabilitación del Centro, que lleva funcionando pocos días, le ha faltado tiempo para colocar decenas de sillas, con sus correspondientes mesas en el centro de la plaza. Justo en un espacio utilizado habitualmente por los niños para montar en bici, en patinete, para jugar. La terraza la han instalado a pocos metros de la fuente, que nos costó bastante dinero y que ha sido un tremendo fiasco. Ahora que han vuelto a funcionar en Madrid muchas de las fuentes que el Ayuntamiento ha tenido apagadas en los últimos tiempos, ¿para cuándo van a poner en funcionamiento la de la plaza? De la reforma de la plaza (para muchos un despropósito) era el elemento más valorado por los vecinos y especialmente por los niños, que durante el tiempo que estuvo funcionando le sacaron bastante partido”.

La terraza recién instalada no tiene licencia, según  ha confirmado a ACIBU la policía municipal. Está denunciada, pero mientras la Justicia actúa, seguirá ocupando un espacio público robado a los ciudadanos.

Es el modus operandi habitual. El camión municipal encargado de retirar terrazas ilegales no da a basto y tranquilamente pueden pasar meses hasta que embargue una terraza sin regularizar. Hace unos días sucedió con una de las terrazas más exitosas del barrio en los últimos tiempos, la del local Pez Baker, en la calle Pez. Tras muchos meses sin licencia ha sido retirada y no tiene fecha de vuelta. Los responsables de este local indican que desde el pasado mes de septiembre solicitaron el permiso correspondiente y se quejan de la lentitud de la resolución de estos expedientes cuando un empresario intenta actuar según los cauces correctos. En cualquier caso, si durante la espera uno desespera y coloca mesas y sillas en la vía pública, a lo máximo a lo que se arriesga es a un buen día, pasados muchos meses, los responsables municipales se lleven ese mobiliario y les impongan una multa que, a buen seguro, habrás amortizado sobradamente con el dinero obtenido durante el tiempo que haya estado en funcionamiento.

En otras ocasiones, ni el embargo ni la multa llegarán nunca y plazas como por ejemplo la de San Ildefonso seguirán ocupadas de forma irregular por elementos hosteleros, especies invasoras que vienen a expulsar a las autóctonas, los vecinos, de sus hábitas naturales.

De oficina de Centro a bar-coctelería

De oficina de Centro a bar-coctelería

Más allá de la aparición de la terraza en Luna, ACIBU también critica el hecho de que el bar responsable de la misma haya abierto en lo que hasta hace poco era la Oficina de Rehabilitación del Centro Histórico de Pez-Luna, en cuya habilitación el Ayuntamiento empleó 168.000 euros. El local está en un edificio propiedad municipal. “Cuando en agosto de 2008 Ruiz-Gallardón inauguró la oficina, nos contó que la revitalización del centro era ”uno de los principales objetivos de la ciudad“. Consistía, según él, en la recuperación de edificios históricos y en la remodelación de ámbitos urbanos para crear nuevos equipamientos. Cuando oíamos eso, nunca pensamos que pocos años después el local en donde estábamos se destinaría a sesiones de música electrónica. Parece que en Cibeles la recuperación del centro de Madrid pasa por saturar sus calles de terrazas y mercadillos y permitir que cualquier local se convierta en un bar. O en una Coctelería-Dj Site, que queda mucho más sofisticado. Todo parece diseñado para satisfacer a turistas y visitantes de otros barrios. ¿Algún plan para los vecinos residentes? Tanto el edificio del bar, que se extiende junto con su compañero a lo largo de la plaza de la Luna, como el vecino parking, están cedidos a una empresa privada”.

gromiko

Si bien me parece mal que la plaza se convierta en un gran Bar... Por la suma de terrazas de diferentes quioscos/establecimientos... También me parece fatal que los críos la utilicen como si fuera una cancha de fútbol. No es ni una cosa ni otra. Así que ojalá se ponga orden.
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