La Abogacía de Sevilla se cita en el juzgado para presentar casi un centenar de denuncias contra la mutualidad

Los primeros abogados y abogadas denunciantes, en la puerta del juzgado de guardia, al que acudirían más después

Inmaculada Calahorro

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Desolación, preocupación y tristeza son los sentimientos que acompañan al aproximadamente centenar de abogados y abogadas sevillanas que se han personado en la mañana de este miércoles frente a los juzgados de guardia para presentar una denuncia contra la Mutualidad de la Abogacía. El motivo de las mismas es que se sienten estafados: “Hemos pasado de creer que íbamos a tener una pensión de unos 600 euros a enterarnos de que algunos apenas llegamos a la mitad”. Paralelamente, han criticado al Colegio de Abogados de Sevilla por no informarles de que “permanecer en la mutualidad iba a ser perjudicial” para ellos “a sabiendas de la situación”, según ha argumentado una de las afectadas.

Los escritos presentados (en torno a 80 en concreto) dan continuidad a los que ya presentaron otros compañeros el pasado 11 de abril ante la Policía Nacional y en igual sentido. La intención, según otra letrada, es que trasciendan a la Audiencia Nacional y no se juzguen como piezas separadas susceptibles de ser archivadas. Así, los afectados buscan poder acceder al sistema público a través de una especie de “pasarela” que les permita ahora llevarse sus ahorros a la caja común y, de esta forma, poder acceder a mejores prestaciones. 

La problemática parte de que en el año 2005 hubo un cambio en la Mutualidad de la Abogacía, que pasó de un sistema de capitalización colectiva a uno de capitalización individual. Este cambio que muchos de los mutualistas desconocían ha resultado en pensiones mucho más bajas para muchos abogados, algunas apenas alcanzan los 300 o 400 euros mensuales, lo que ha provocado indignación y movilizaciones en muchas provincias españolas. En ellas los afectados alegan que se sienten engañados por la falta de transparencia sobre las consecuencias de estos cambios. La Mutualidad, por su parte, argumentó que ha gestionado este cambio manera transparente y que las bajas pensiones son consecuencia directa aportaciones de algunos abogados. A este factor se suma el hecho de que hasta 1996 era obligatorio para los nuevos abogados vincularse a la Mutualidad “como requisito indispensable para el ejercicio de la profesión”.

Distintas posiciones, una causa común

Los propios mutualistas se han catalogado a sí mismos en tres categorías diferentes: los llamados alternativos, es decir, los que han cotizado el 100% de subida para la mutua; los mixtos, que han cotizado para la mutua y el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social (RETA); y los pasivos, en los que se engloban los ya jubilados.

Consuelo T. , de 64 años, pertenece al segundo grupo al que cataloga como “los más afortunados” pese a que su situación “no se la desea a nadie”. En su caso comenzó a cotizar para el RETA en el año 2002 movida por la preocupación de tener que mantener a sus dos hijas mellizas siendo madre soltera que por un conocimiento claro de las consecuencias. Aun así, Consuelo, desde que inició su despacho en 1987, no dejó de pagar la mutualidad hasta el año 2015. Así, tras 28 años trabajados, la cantidad que estima que se le va a quedar apenas sobre pasa los 150 euros: “Yo voy a cobrar más por el RETA, pero he pagado 28 años a la mutua y como consecuencia de ello me he perdido muchas vacaciones y muchos momentos de estar con mis hijas”.

Las reivindicaciones de los abogados mutualistas sevillanos se engloban dentro del “Movimiento J2” al que definen como una “colmena sin reina”, ya que se trata de un movimiento social sin líder en el que todos unen sus preocupaciones y luchan por una causa común. Dicho movimiento engloba a letrados de toda España y está adquiriendo fuerza en los últimos años.

Opacidad, desinformación y sesgo de género

La abogada A.C.G, en representación de sus compañeros, ha catalogado este cambio de régimen como un proceso “oscuro y opaco” en el que en ningún momento se les informó de que este cambio de régimen iba a suponer un cambio en las condiciones del contrato que firmaron inicialmente al adherirse a este sistema de cotización. “Ni la mutua, ni nuestro propio colegio nos advirtió de ello” ha afirmado tajante A.C.G.

Muchas de las abogadas que se han querellado esta mañana en los juzgados han narrado a este periódico que las mujeres adscritas a la mutua perciben menos pensión que los hombres habiendo cotizado lo mismo bajo la “justificación de que ellas genéticamente están predestinadas a vivir más años”.

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