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Muere Sonia del Amo, impulsora desde el Tupperware de la noche indie madrileña

Sonia del Amo

Diego Casado

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El mundo nocturno de Malasaña sufrió este caluroso martes de septiembre un tremendo shock cuando se comunicaba por la tarde el fallecimiento de Sonia del Amo, responsable del Tupperware y gran impulsora de movimiento de la música indie en Madrid.

El anuncio de la muerte, que le sobrevino después de una fulminante enfermedad, lo daba en Facebook su hermano pequeño, Carlos, con el objetivo de informar “a todos los que la queréis, que sé que sois muchísimos”, decía.

En efecto, Sonia Tupper,

era muy querida y conocida en Malasaña debido a su vitalidad, energía y al local que regentaba, que convirtió -con la ayuda de sus hermanas- en uno de los templos de la música independiente en la capital de España, con colas constantes en su puerta durante los fines de semana. En poco tiempo consiguió que el Tupperware, un colorido local de dos plantas ubicado en la Corredera de San Pablo, fuera punto de visita obligado en cualquier salida por la zona y lugar indispensable donde pinchar para cualquier DJ.

Pero Sonia del Amo no solo hizo crecer su negocio, sino que siempre se preocupó desde el mundo nocturno por mejorar su barrio, Malasaña. Del impulso del Tupperware nació la actual Asociación de Hosteleros de Malasaña (AHM), que representa a decenas de locales de copas del barrio. Y con su tesón -y el de su hermana Blanca- consiguió que los bares se integraran y colaboraran en la Plataforma Maravillas junto a vecinos y asociaciones, con los que las relaciones nunca habían sido buenas.

Una de las grandes ilusiones de Sonia del Amo era que los conciertos nocturnos volvieran a Dos de Mayo, durante las fiestas de su barrio. Lo consiguió este año, después de más de una década de prohibición, gracias a su participación decisiva en la organización de los festejos y en la programación de muchos de los 30 grupos que acudieron a tocar. Ella misma acabó pinchando junto a su hermana Blanca en una sesión memorable en la plaza del Dosde, que quedará para siempre en el recuerdo de muchos de sus amigos.

Su bar, el Tupperware, ha permanecido cerrado este martes, pero eso no ha impedido que alguien, de forma anónima, le haya dejado un último homenaje en la puerta junto a un clavel: “Gracias por la música y por hacer crecer a Malasaña. Hasta siempre, Sonia”.

Jose Martins

Lástima las personas como Sonia no deberían morir nunca, son iconos buenos de la sociedad donde vivimos,malos hay muchos.Sus amigos y admiradores como yo la recordaremos siempre,siempre estará en su barrio y en su bar,como siempre.
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