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Manuela Carmena: “La autogestión ciudadana me parece muy interesante”

Carmena, durante un encuentro ciudadano | AHORA MADRID

Diego Casado

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  • “Tenemos que crear un sistema de licencias que sirva para ayudar a los negocios”
  • “Hay ciudadanos que están en condiciones muy buenas de tomar decisiones de gasto”
  • “A lo mejor interesa que las bibliotecas estén abiertas toda la noche”

La política está cambiando tanto en la ribera del Manzanares que una recién llegada al terreno electoral -pese a contar 71 años- puede convertirse en la próxima alcaldesa de la capital. Manuela Carmena, candidata de Ahora Madrid, es una alcaldable atípica por muchas razones (se presenta después de ejercer 30 años como jueza y otros 15 como abogada), pero eso no le impide mostrar convicción en sus ideas durante la entrevista telefónica que mantiene con Somos Malasaña, en la que muestra firmeza pero también la prudencia de alguien que puede encontrarse dentro de un mes dirigiendo el ayuntamiento más grande de España.

Lo primero que llama la atención de sus propuestas es el concepto de Ayuntamiento que tiene Carmena, descentralizado, con el protagonismo puesto a nivel de barrio en las hasta ahora infrautilizadas juntas de Distrito. “Es absurdo pensar que desde Cibeles se puede gobernar bien Madrid”, señala. La candidata quiere convertir estas juntas en un altavoz para los habitantes de los distritos: “Hay que buscar y hablar mucho con los vecinos para poder tomar decisiones”, una opción que hasta ahora era imposible salvo que fueran de la mano de los partidos políticos.

Carmena aboga por un nuevo modelo de participación en el que algunas propuestas de los vecinos, formuladas en las juntas de Distrito, “sean ejecutivas, vinculantes para el Ayuntamiento”. Y por una participación más amplia en la que se pregunte a la gente, a veces incluso con referendos. Pero va más allá: quiere que un porcentaje del presupuesto municipal lo decidan directamente los vecinos a través de sus propuestas. “Hay muchos ciudadanos que están en condiciones muy buenas de tomar decisiones de gasto. En París ya lo están haciendo con el 5% de su gasto, con buenos resultados”, apunta alabando una palabra, autogestión, en la que abundará posteriormente durante la charla.

Una de las reclamaciones que más tendría que escuchar en la junta del Distrito Centro si llegara a ser alcaldesa sería la de la falta de dotaciones públicas básicas como centros de salud, escuelas infantiles, parques, zonas deportivas… la candidata lo sabe y cree también intuir dónde conseguirlas: “Hay que analizar qué edificios tiene la Administración y qué instalaciones para poder sacar de ellas más dotaciones públicas. Y pone como ejemplo las amplias instalaciones del Palacio del Ministerio de Justicia en San Bernardo, ”que podrían ser enormemente utilizadas desde el Ayuntamiento si llegáramos a un acuerdo“.

Otro de los temas en los que Carmena quiere escuchar a los vecinos es el de las restricciones al tráfico en los barrios de Universidad y Justicia. El establecimiento de un Área de Prioridad Residencial, ya aprobado y que cuenta con el apoyo de organizaciones vecinales, pero no ejecutado por Ana Botella, es una idea que comparte, pero que exige una revisión: “La única manera de reducir la contaminación es reducir el tráfico. Tenemos que conocer bien la postura de los usuarios de la zona. Sería un contrasentido aprobarlo sin extender antes un proceso de participación”, recalca.

Ruido y suciedad

En la conversación con la candidata de Ahora Madrid, esa formación que aúna fuerzas de Podemos, Equo, movimientos sociales y buena parte de Izquierda Unida, surge inevitablemente el problema de la suciedad, el botellón y el ruido que acarrea la ajetreada vida nocturna en Malasaña. Ella lo juzga en duros términos: “El barrio está horrorosamente sucio. No se ha tenido interés en tener limpia la ciudad, tal vez porque los gestores públicos no van nunca andando por las calles. Lo que ha hecho hasta ahora el Ayuntamiento es recurrir a la gestión privada, olvidando a los funcionarios público. Esto también provoca un menosprecio de lo público por parte de los ciudadanos que no les importa hacer pis en las paredes y vocear por las noches en la calle”.

Frente a este problema, Carmena aboga primero por implantar “una estructura de pedagogía muy fuerte”, intentando inculcar a la ciudadanía normas de respeto básico. También propone hacerlo con bandos municipales al estilo de los que publicaba Tierno Galván: “Quiero poder sacar un bando explicando por qué no se puede tirar una colilla en la calle, o por qué no se puede gritar cuando la gente duerme”. Y cree en la figura de un mediador que acuda a los lugares en los que se generan conflictos e intente arreglar con la palabra los motivos de las molestias. Las multas las dejaría como últimos extremo: “Si al final hay comportamientos no aceptables, habría que buscar sanciones, claro”, admite.

Licencias y apoyo al pequeño negocio

Una de las problemáticas que Manuela Carmena conoce bien es el de la dificultad de los negocios de Malasaña con el complicado sistema de licencias municipal. Ella misma es empresaria en la zona, donde montó una pequeña tienda de ropa para bebés, cosida por reclusas. Un proyecto social que visita habitualmente y del que se muestra orgullosa. “Paseando por la zona veo que los comercios se utilizan y luego caen en desuso con muchísima frecuencia. He podido ver que locales han tenido que cerrar porque el Ayuntamiento no les permitía tener cuatro mesas con sillas”, lamenta.

Frente a esto, ella aboga por un Consistorio que no sea “rígido y burocrático” con el pequeño comercio. “A veces, el Ayuntamiento es muy hostil y muy absurdo. Tenemos que crear un sistema de licencias que sirva para ayudar a los negocios. No solo para exigirles que cumplan la normativa, sino para facilitar su puesta en marcha. Hay que mirar cada caso porque no se puede exigir que cumplan las mismas reglas un centro comercial enorme que una pequeña tienda de barrio”, apunta.

Aquí también entra la descentralización a través de las juntas: “Queremos que haya una capacidad de conceder las licencias desde el propio barrio. Agencias distritales que den apoyo directo al pequeño negocio”, detalla. Y más, porque se plantea que sea el propio Ayuntamiento el que proteja “al comercio singular, que se está refugiando en los barrios. Estos establecimientos son una joya y hay que crear una estructura de apoyo para que sobrevivan”. Incluso propone estudiar los casos de los locales cerrados y abrirlos al alquiler, si es necesario con el Ayuntamiento presentando un aval en nombre del arrendatario.

Más música en los bares

Esta filosofía en las licencias también afectará a los aforos de los bares, que serán revisados en función de cada caso. “No queremos hacer estructuras de ordenanzas que puedan ser asumidas por grandes comercios y perjudiquen a la vez a los locales más pequeños. En el tema de los aforos individualizaremos las necesidades de los negocios”, propone. Además, propone buscar una fórmula para que vuelvan los conciertos y la cultura a locales que a día de hoy tienen prohibidos este tipo de actuaciones: “Tenemos que desarrollar el sentido de la belleza, el arte, la música o la pintura. En una ciudad no solo hace falta que haya infraestructuras como un buen servicio de transportes. Queremos que todo el mundo pueda participar de la belleza que promociona la cultura”, apunta divagando un poco.

En este sentido, Manuela Carmena cree en la idea de que Malasaña pueda acoger un nutrido “turismo sostenible”. “Que haya gente de fuera que les guste conocer lo que hacemos, pero que nosotros nos sintamos orgullosos de lo que hacemos aquí” -inevitable pensar en este momento en su tienda, antes citada-. “Personalmente sería fantástico introducir la imagen de un barrio para pasear”, explica mientras confiesa que a ella le encanta hacerlo: “Me gusta callejear porque Malasaña está llena de sorpresas”.

Autogestión y Fiestas del 2 de mayo

Carmena sabe que Malasaña es un barrio en el que algunos de sus ciudadanos han creado modelos de autogestión con éxito. El último ejemplo fueron las Fiestas populares del 2 de mayo, montadas sin presupuesto por la Plataforma Maravillas, que agrupa a diferentes colectivos del barrio. “Me parece interesante la autogestion ciudadana”, apunta Carmena mientras se muestra favorable a iniciativas como esta: “Digo a voces que sí, que hay que apoyarlas desde el Ayuntamiento. Los gobernantes tienen que firmar las propuestas que se hagan desde el barrio. Quien decide es el barrio y luego el Consistorio ha de poner los medios necesarios”, comenta.

En el caso concreto de celebraciones como la del 2 de mayo, Manuela Carmena cree que el Ayuntamiento debería colaborar con la instalación de carpas o la difusión de los festejos. “Le queremos dar muchísima importancia a estos eventos. Una fiesta es un elemento muy aglutinante del barrio. Y el Consistorio las tiene que celebrar en común con los vecinos”.

También deja la puerta abierta Carmena a otras formas de autogestión como las del Patio Maravillas o el Solar de Antonio Grilo, aunque tal vez no en el actual edificio que ocupa en Pez: “Hay que sentarse y hablar con el Patio, cosa que hasta ahora no se ha hecho. Si se quieren organizar actividades y espacios autogestionados se puede buscar una forma de hacerlo”.

¿Bibliotecas abiertas toda la noche?

Autogestiones aparte, Manuela Carmena estudia implantar multitud de cambios en los servicios públicos que actualmente ofrece el Ayuntamiento. Uno de esos lugares que podrían ejemplificar mejor esta pequeña revolución serían bibliotecas como la Vargas Llosa o la del Conde Duque: “A lo mejor interesa que las bibliotecas estén abiertas toda la noche”, se plantea antes de ver estas instalaciones más como centros culturales, y no solo “un sitio donde ir a leer, sino también de aprovechamiento de la cultura”. Incluso observa la posibilidad de que compitan por ofrecer alternativas de ocio en el mismo horario que los bares.

Otros horarios que quiere cambiar son los de los matrimonios civiles. “Tenemos que estudiar la manera de flexibilizar los horarios en ciertas partes de la administración. No se pueden tener planteamientos rígidos para algunos servicios. Los madrileños se han de poder casar en sábados y domingos, y en algún lugar más bonito que la sala de un juzgado”, propone.

Bibliotecas y bodas son dos detalles más de una larga lista de propuestas que su candidatura, la de Ahora Madrid, presenta estos días y sigue construyendo con las aportaciones vecinales, algo que Manuela Carmena insiste en recalcar: “Me encantaría recibir las propuestas de los vecinos durante la campaña en nuestra sede de Montera 32”.

Entrevistas con los alcaldables de Madrid:

Fernando

Espero que Manuela

consiga muchos votos, el mio ya lo tiene.

Victorissimo de España

El mío también.
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