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Los equipos de fútbol de la pista de Barceló que el barrio perdió hace una década

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Somos Malasaña

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¿Dónde se ha visto un barrio sin descampados en los que poder echar un partidillo? En Malasaña, en realidad, las veces de descampado las hacía la pista deportiva municipal que estaba situada a pie de calle entre el edificio del antiguo Mercado de Barceló y el colegio Isabel la Católica.

El 'poli', como se la conocía, por polideportivo -por mucho que ese nombre pudiera venirle grande-, fue un espacio fundamental en la memoria de las cientos y cientos de personas que se criaron en la zona desde la década de los años 50 del siglo XX y hasta que el plan de remodelación del entorno de Barceló se lo llevó por delante hace exactamente una década.

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Esta semana bastó colocar una fotografía de ese espacio en la página de Facebook de este periódico y pedir a nuestros seguidores que compartieran algunos recuerdos de lo que hubieran vivido en ese lugar para que se desatara la nostalgia en forma de comentarios: “Siempre será el campo en donde crecimos todo un barrio y nos lo robaron con falsas promesas... muchas generaciones lo echaremos de menos”, decía Toni Redondo en uno de ellos.

“No hay quien pase por donde estuvo la pista sin que sienta que le han robado un pedazo de su infancia”, apuntaba otro lector, mientras que Lidia Urdiales recordaba: “En las fiestas del Dos de Mayo había campeonatos de fútbol y las mujeres teníamos dos equipos, las casadas y las solteras. Lo pasábamos genial. Todas del barrio y de diferentes edades”. 

Por su parte, Kike Asecas comentaba: “Ese fue mi patio de colegio, donde entrenábamos. También fue el campo de fútbol sala donde jugábamos la liga de fútbol municipal los sábados y el campo donde entrené a varios equipos de fútbol infantiles. Una verdadera lástima, pues en los años 80 y 90 quitaba a muchos chavales del barrio de la droga y delincuencia, además de tener unida a la juventud con el deporte en Malasaña”.

Entre los recuerdos que fueron aflorando, aparecen nombres de equipos de fútbol como el Atlético Malasaña, el Inter Barceló y el Rastrillo Maravillas; nombres de jugadores y de vecinos de toda la vida que hicieron las veces de entrenadores vocacionales, como Benjamín García Mochales, recientemente fallecido.

Por esa pista deportiva también pasaron equipos de balonmano, baloncesto y de hockey patines y no es sólo un lugar añorado en el barrio, sino que es parte de la memoria de gentes de todo el distrito y de lugares cercanos, tal y como apuntan desde la asociación El Organillo, de Chamberí: “En esa pista se disputaban los partidos de fútbol-sala de Centro de los Juegos Deportivos Municipales antes de llevarlos a Casino de la Reina. Ahí coincidían los equipos de la Asociación Vecinal 'El Organillo' de Chamberí y de la Asociacion de Vecinos la Corrala”.

Durante las mañanas de los días laborables la instalación era utilizada por los niños del colegio Isabel la Católica como segundo patio de la escuela, mientras que por las tardes y en los fines de semana era tomada por equipos de barrio, ligas municipales y por vecinos que practicaban deporte libre en ella.

La remodelación del entorno de Barceló, aprobada en 2007, condenó a esta pista a la desaparición. Por su supervivencia luchó sobre todo la asociación de madres y padres de alumnos del CEIP Isabel la Católica pero todo esfuerzo fue inútil. Ante las protestas el Ayuntamiento de entonces, con Ruiz-Gallardón en la Alcaldía, argumentó que a cambio se crearían nuevas zonas verdes, una plaza-mirador en altura y que habría más espacio para hacer deporte en el polideportivo municipal que se iba a construir en el edificio del nuevo mercado.

Sin embargo, el barrio jamás ha vuelto a tener una cancha deportiva tan abierta como aquélla: los niños del Isabel la Católica no disfrutan de las instalaciones del nuevo gimnasio, no hay equipos deportivos de barrio que puedan jugar en esas instalaciones ni tampoco hay horas libres para que los vecinos de la zona puedan acceder a ellas -aunque fuera alquilándolas-, dado que las actividades deportivas regladas lo ocupan todo. La gestión del actual polideportivo municipal corre a cargo de una empresa privada, Forus Barceló. Nada que ver con el conserje que abría y cerraba la puerta de la antigua pista.

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