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Lo que ocurrió en Malasaña cuando estabas de vacaciones

Panorámica del Edificio España | WIKIPEDIA

Diego Casado

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Los que piensen que en agosto se detiene Madrid pueden estar en lo cierto… salvo si hablan de Malasaña. Aunque la actividad comercial y vecinal se reduce notablemente debido a que muchos pequeños comercios toman vacaciones, los que permanecieron abiertos cada vez reciben más afluencia de madrileños que se han quedado en el mes más caluroso del año o de turistas que aprovechan sus días de descanso en la capital. Tanto que se llega al caso de que los fines de semana es complicado encontrar aparcamiento en las calles del barrio.

Las ausencias (parciales) de los vecinos las aprovecharon las empresas e instituciones públicas para acometer obras en la Corredera de San Pablo, en Pez o en San Vicente Ferrer. Algunas de ellas llegaron a estar cortadas en varios momento. Y en otras como San Bernardo la circulación se restringió notablemente después de que se cortara un carril al tráfico, con un complicado sistema de paso que dejó sin un paso de cebra a los peatones en varias decenas de metros.

El Ayuntamiento también aprovechó el periodo vacacional para aprobar con el menor ruido posible la rebaja en la protección de uno de los rascacielos más emblemáticos de la ciudad, el Edificio España. La acción resume todo lo que no queremos de los políticos que nos gobiernan: un cambio legislativo acometido para que el obligatorio periodo de alegaciones coincidiera con el mes de agosto, fruto de un favor hecho a una entidad poderosa (el banco Santander) para que pudiera vender a un magnate chino su patrimonio comprado previamente a bajo precio. Las decisiones que permiten la revalorización del edificio para intereses privados a costa de destruir su valor arquitectónico son el tipo de política que es necesario erradicar cuanto antes del municipio. Y las elecciones están, como quien dice, a la vuelta de la esquina.

Otro que ha pasado de tapadillo es el aparente cambio de licencia de uso de los antiguos Cines Luna, un lugar destinado a acoger eventos culturales que ahora se convertirá en una ampliación del gimnasio que ya lo ocupaba en su parte de arriba. De momento, las obras ya han empezado. Antes del verano la propiedad se echó para atrás ante una oferta muy avanzada destinada a recuperar el lugar para un teatro y así complementar el “off-Gran Vía” que se está creando en la zona con el Lara, el Alfil o el microteatro. Pero suponemos que una mejor oferta económica y la connivencia del Ayuntamiento hacen que Madrid pierda otro espacio para la cultura.

Arreglos y caídas

Siguiendo con las obras, los malasañeros que se quedaron en agosto pudieron comprobar con alegría cómo el histórico local de la Farmacia Juanse, en San Andrés, cobrará vida en breve y dentro de sus paredes se maquina una reforma que le dotará de un nuevo uso conservando sus bellos azulejos, que están protegidos por ley. Y también hubo microobras, las de los servicios municipales que arreglaron -meses después- las baldosas que provocaron varias caídas en la esquina de Marqués de Santa Ana con Espíritu Santo.

Durante el mes de agosto se siguieron cayendo árboles en Madrid. Afortunadamente sin provocar ninguna víctima mortal como el que sí se desplomó en El Retiro. Uno de los últimos en abalanzarse sobre los viandantes fue el de la cercana calle Montera, lo que obligó al Consistorio a acometer una revisión del estado de la jardinería de la ciudad que debiera haberse ejecutado antes para evitar problemas y heridos. Para evitar que sucediera lo mismo en la plaza de San Ildefonso, los bomberos talaron el pasado día 28 de agosto un árbol en la zona, algo que quedó recogido en las atentas redes sociales.

En el apartado de sucesos y desprendimientos hemos de reseñar otro que tuvo consecuencias más dramáticas un poco más arriba de la glorieta de San Bernardo, en la calle Rodríguez San Pedro. Allí se caía hace unos días un trozo de cornisa que golpeaba fatalmente a un joven de 28 años que estaba sentado en una terraza. La víctima moría poco después y las informaciones hablaban de que el edificio había pasado su ITE sin mayor problema y que la terraza colocada en el lugar era ilegal por habérsele negado la licencia en varias ocasiones.

Y no podemos olvidarnos de las basuras y la suciedad en general, que no se fue de vacaciones en Malasaña sino que, muy al contrario, con el calor y la relajación de los servicios de limpieza ha vuelto con más fuerza que nunca ante la nauseabunda desesperación de los vecinos que se quedaron soportando la falta de baldeos municipales y divinos, pues no cayó ni una gota en todo el mes.

o.

la limpieza en la calle colón ha tocado fondo estos meses. como comerciante de la zona he reclamado repetidas veces la atención del ayuntamiento y otras tantas se me ha ignorado. claro está que hacer una queja por negligencia ante estas llamadas entra por otro conducto burocrático aun más perverso...
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