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Leer en Malasaña en primavera

Luis de la Cruz

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Ver Leer en Malasaña en un mapa más grande

La confluencia del Día del libro y el buen tiempo primaveral nos parecía una ocasión ideal para mapear los mejores rincones de Malasaña para leer. Nos pusimos manos a la obra pero como necesitábamos ayuda apelamos a la experiencia de nuestros lectores. A través de nuestras cuentas en Facebook y en el propio periódico lanzamos una especie de encuesta, en el contexto del sorteo de tres ejemplares de Malasaña, el último libro de nuestro vecino y colaborador Carlos Osorio.

Con la llegada de la primavera los libros saltan por la ventana a la calle ávidos de vientecillo que agite sus hojas. No ha quedado prácticamente ni una plaza del barrio sin nombrar como lugar de lectura: la Plaza del Dos de Mayo, bien sea en el banco corrido bien en una terraza; la más tranquila de las Comendadoras, la de Juan Pujol (para unos la del rastrillo, para otros la del tripi), Carlos Cambronero, Guardia de Corps o San Ildefonso: “sentada en el suelo y con la espalda apoyada en la iglesia”

Hay quienes gustan del aire libre pero con la comodidad de una silla y el acompañamiento de una consumición: la opción en este caso son las terrazas, que pueblan los adoquines del barrio al llegar los primeros rayos de sol. La terraza de la Pizzería Maravillas, la del Cabreira –patatas al cabrales mediante, que no sólo de letras se alimenta el espíritu – la de la Muzzarella Loca o el banquito de fuera del Cambalache, son algunas de las terracitas en las que gusta leer a nuestros lectores.

Hay a quienes el calor no les llama a la calle, y continúan la lectura en el refugio de los cafés. La luz es, eso sí, un plus en esto de la lectura, y son muchos los lectores que insisten en conseguir su mesa junto al ventanal. Han resonado en los comentarios el Pepé Botella, el Comercial – todo un clásico – el Jardín Secreto, el Café de la Luz, el Ajenjo, el Ruiz o el Isadora. Curiosamente, a ninguno de nuestros lectores más adeptos a los interiores, le ha apetecido ponerse a leer en la biblioteca.

Hay quien no huye del bullicio, como hemos visto, y quien prefiere leer meciéndose en el silencio. Cuestión de gustos y de capacidades de abstracción, suponemos. Para estos cazadores de tranquilidad recomendamos el precioso jardincito del Museo de Romanticismo, con su fuente, sus enredaderas y su ambiente…romántico. A según qué horas el jardín puede ser solo para ti. Menos bucólico pero igualmente tranquilo es el jardín de Colegio de Arquitectos de Madrid, en la calle Hortaleza.

Luego hay gente para todo, cada cual encuentra su acomodo lector donde le place…y hay quien nos ha contado que le gusta leer en los tejados, en los escalones de entrada a las casa (incluso a José Rosales le gusta en “los escalones del Cine X de la Corredera Baja”) y hasta en “La Vía Láctea con buena música” (a primera hora y entre semana, eso sí). Para aquellos a los que les gustan los paisajes de tejados de teja árabe aconsejamos la terraza del Espacio Pozas 14, para quienes, por el contrario, prefieren leer a ras de suelo, sugerimos la explanada de césped que se precipita desde la Plaza de Cristino Martos hacia Princesa.

Para terminar, os dejamos con la recomendación de Inesenbabia, que hacemos nuestra también: “según el estado de ánimo y el libro a leer en cuestión. El lugar más tranquilo, la terraza más alta de Espacio Pozas; el más animado, la plaza del Dos de Mayo; el más discreto, el jardincito del Museo Romántico, pero para el libro de Carlos Osorio creo que podría ser buen lugar el pequeño jardín del Palacio Bauer ( ¡si consigues que te dejen entrar!)”

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