La memoria antifranquista se incrusta en el Museo de Historia de Madrid

Leyendo relatos o crónicas de la resistencia antifranquista es sencillo encontrar referencias a las famosas vietnamitas, o a las minervas. Artefactos de impresión que, ocupando espacios clandestinos de aquella España sumida en la dictadura franquista, servían para que los militantes imprimieran centenares de pasquines o rudimentarias publicaciones políticas.

Si has leído acerca de aquellas multicopistas e imprentas y quieres ponerles volumen podrás encontrarlas en el centro de la segunda sala de la exposición que alberga el Museo de Historia de Madrid hasta el próximo 9 de septiembre: Amnistía. Que trata de España. Arte y solidaridad (Milán 1972-Madrid 2017).

El contenido de la exposición, una dialéctica histórica entre la España interior y exterior durante la dictadura, no justifica mucho su presencia en un museo dedicado a la historia de la ciudad. Sin embargo, dejando de lado estos problemas de deslocalización, lo cierto es que se agradece que el Museo, bastante desaprovechado y poco publicitado desde que reabriera sus puertas, albergue contenidos de interés más allá de su colección permanente.

El origen de la muestra hay que buscarlo en otra hermana –y más anciana- que se llevó a cabo durante el franquismo con objetivos militantes. En 1972 se organizó en Milán una exposición titulada Amnistia que trata de Spagna, organizada por centrales sindicales del país y las Comisiones Obreras. El título lo puso Rafael Alberti inspirado en el título de un libro de Blas de Otero. Entonces se cedieron desinteresadamente tres centenares de obras para la exposición. Comisiones retoma la histórica muestra ahora.

En Amnistía…se pueden ver obras que salieron de España hace 45 años y que no han regresado hasta ahora, pinturas de artistas contemporáneos importantes, como Juan Genovés, José María Yturralde, Juan Giralt o el Equipo Crónica. Lo cierto es que hay obras interesantes, pero, es justo que quede avisado el espectador, no son numerosas ni, seguramente, el corazón de la actual exposición.

La muestra actual se nutre también del rastro de la actividad que se llevó a cabo en el transcurso de la exposición original, como la edición de una antología de poetas españoles del momento, que se presentó en Roma, la presentación de un disco que, grabado en París, reunía a diversos cantautores que interpretaban sus canciones en castellano, gallego, euskera y catalán, exposiciones sobre propaganda clandestina, proyección de documentales…

La muestra se completa con más de un centenar de documentos pertenecientes al Archivo de Historia del Trabajo y al Centro de Documentación de las Migraciones de la Fundación 1º de Mayo.

En realidad, el apartado documental se antoja el de mayor interés. Como siempre sucede con la parte bibliográfica de las exposiciones, uno se queda con las ganas de poder ojear las publicaciones clandestinas y libros cuyas cubiertas se ofrecen a la vista a través de vitrinas. Especialmente sobresaliente resulta la selección de fotografías de manifestaciones en solidaridad con el pueblo español, con motivo del Proceso de Burgos o el asesinato de sindicalistas. En los más diversos lugares del mundo, desde Italia a Utrecht, pasando por Nueva York.

Para terminar, una recomendación: coged el programa de mano, el reverso del desplegable es un bonito póster del cuadro The Great mierda (Ricardo Zamorano), presente en la exposición.

Dónde: Museo de Historia de Madrid. Calle de Fuencarral, 78

Cuándo: del 9 de junio al 10 de septiembre. Lunes cerrado

Cuánto: entrada libre