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El otro templete olvidado de Antonio Palacios

La maqueta en el patio de la Fuente de la Fama tal y como se encontraba el pasado mes de noviembre.

Luis de la Cruz

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En el patio de la Fuente de la Fama hay, junto a la pared del Museo de Historia de Madrid, un bulto anónimo. Poca gente sabe que se trata de una maqueta del templete de entrada al ascensor del metro de la Red de San Luis, obra de Antonio Palacios, que recaló en el museo hace un año. En los momentos cercanos a su llegada al museo la reproducción se podía contemplar con normalidad, aunque tenía unos plásticos que evidenciaban que había sido trasladada recientemente. Actualmente la pieza está totalmente cubierta para su conservación, olvidada y esquinada.

La maqueta tiene una placa en la que reza “La empresa granitos del Louro, S.A. a la Villa de Madrid” y está fechada en 2002, siendo alcalde José María Álvarez del Manzano. Según han explicado desde el museo a Somos Malasaña, llegó a sus dependencias en septiembre de 2017 procedente de unos almacenes del Ayuntamiento, sin documentación alguna, y se trata de un regalo del Ayuntamieto de O Porriño al de Madrid. Al parecer, se colocó durante unos días junto al mostrador de entrada del museo pero allí se reveló como un estorbo para el tránsito. Por sus medidas, nos dicen desde el museo, no puede traspasar ninguna puerta de la institución y se decidió mantenerla en el patio de la Fuente de la Fama protegida para evitar su deterioro.

Actualmente el Museo de Historia de Madrid nos cuenta a través de sus fondos la historia de la ciudad hasta mediados del siglo XX y, justo ahora, se quiere estirar la cronología de las exposiciones hasta el siglo XXI, lo que hacía de la maqueta del templete de la Red de San Luis una pieza interesante, pero coincidiendo con el renovado interés del que podría ser objeto por las obras de la Gran Vía y el debate sobre la reposición del templete original o su sustitución por una réplica, Metro de Madrid la ha reclamado para incluirla en una exposición que está preparando, por lo que la pieza será cedida en depósito a la empresa, rescatándola así del olvido en el que habita.

El templete de Antonio Palacios estuvo operativo desde el año 1920 hasta 1970. Cuando se desmontó fue cedido al Concello de Porriño, pueblo natal de Antonio Palacios, donde se puede contemplar en el parque infantil de Doningo Bueno. La ciudad de Madrid ha planteado la “repatriación” del templete en alguna ocasión (se pensó utilizarlo como oficina de información turística), la última en el proyecto de remodelación de la estación de Gran Vía en marcha pero, ante la negativa de O Porriño y por las condiciones de conservación del original, se decidió crear e instalar una réplica que costará 276.000 euros.

La estación de metro de Gran Vía data de 1919, así que podemos decir que la obra es uno de los primeros vecinos de la red de metro de Madrid y un elemento de valor patrimonial de primer orden. El coloso estaba cubierto por una marquesina de hierro y cristal y para utilizarlo había que pagar un recargo en el precio del viaje conocido como billete de ascensor.

La obra del arquitecto Antonio Palacios está siendo reivindicada recientemente por diversas instancias defensoras del Patrimonio con motivo del peligro de derribo de las Cocheras originales de la Línea 1 en Cuatro Caminos y por el hallazgo del hueco del ascensor original durante el transcurso de las obras de la Gran Vía.

Sin duda, la exposición sobre el Metro puede ser un buen hogar para la maqueta. En todo caso, parece ser que el interés renovado por la obra y su autor impedirán que de nuevo acabe cogiendo polvo en unos alamacenes municipales o esquinada en un patio.

Ana

No sé qué es más alucinante, si la poca sesera de los gobernantes en los años pasados, en que consideraron esta preciosidad un estorbo que había que quitar, o que en pleno siglo XXI no se pueda obligar a un pueblecito gallego, basándose en alguna ley de patrimonio estatal que seguro que existe, a devolver ese monumento a donde estuvo originalmente y para donde fue creado, en beneficio de la conservación del patrimonio español, no el gallego, que lo siento, pero es menos importante. Menos mal que a ningún tarado se le ocurrió quitar la puerta de Alcalá o la Cibeles, como hicieron con este templete o con el hotel Florida en Callao.



Y lo más alucinante todavía es que nos vayamos a gastar 300 mil eurazos en una réplica sin valor alguno, que espero al menos que sea exacto al original, no una interpretación personal de algún artista modernillo. Porque para no poner el original seamos sinceros, realmente es un estorbo un edificio ahí en mitad con el tránsito salvaje de ese lugar.
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