La Iglesia de San Antonio de los Alemanes se pone guapa
Una de las joyas patrimoniales del barrio, aunque poco conocida por muchos vecinos de Madrid, la Iglesia de San Antonio de los Alemanes, pasará los próximos meses poniéndose guapa. Se va a llevar a cabo la restauración del retablo mayor de la iglesia, junto con la mesa de altar y el sagrario ubicados frente al retablo.
Según la información proporcionada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte la intervención está impulsada por el Instituto del Patrimonio Cultural de España, tiene un presupuesto de 43.808,05 euros y un plazo de ejecución de cinco meses.
El objeto de los trabajos de restauración es “frenar el avance de la degradación y lograr una estabilidad química y estructural”. Para ello, se ha de hacer un estudio de los muy diversos materiales que constituyen el conjunto y aplicar técnicas de restauración distintas para cada uno de ellos. La empresa Altramentum, conservación y restauración de obras de arte, será la encargada de la obra y la dirección técnica de correrá a cargo de Marta Fernández de Córdoba García-Loygorri, restauradora de escultura del Instituto del Patrimonio Cultural de España.
La Iglesia y el resto del conjunto ya han vivido recientemente otras intervenciones. En 2011 se restauró el órgano romántico que ocupa una habitación contigua al templo.
El templo fue construido entre los años 1625 y 1630 por la Institución de San Antonio de los Portugueses (como se la conoció en un principio), pasando en 1660 al patrimonio de doña Mariana de Austria, momento en el que empieza a ser conocida por el nombre actual. Con la llegada de los borbones, en 1705, fue donada por Felipe V a la Hermandad del Refugio.
Su pequeña planta oval, y la cúpula de idéntica forma, conforman una arquitectura muy especial. El altar mayor data de 1760, es de estilo barroco clasicista y fue proyectado por el arquitecto Miguel Fernández. Está presidido por la imagen de San Antonio de Padua, una talla del siglo XVII atribuida al escultor Manuel Pereira. La joya de la iglesia es la decoración de la cúpula, una alegoría de la Gloria de San Antonio, sobre un anillo basamental, pintado en trampantojo con elementos arquitectónicos florales y figuras de santos. Es de Francisco Rizzi y Juan Carreño de Miranda, con modificaciones de Lucas Jordán, de 1690, hechas en el curso de una restauración por humedades. Las pinturas de los muros verticales son también del propio Jordan y añaden la sensación al visitante de estar rodeado en todo momento de una atmósfera plástica inigualable. El templo es Monumento Nacional desde 1973.
El resto del conjunto arquitectónico lo ocupa la Santa y Pontificia Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid, que fue fundada en 1615 con el fin de dar de comer a los necesitados y los enfermos. Aún hoy, las largas colas en la puerta de su comedor benéfico construyen una estampa bien conocida por los vecinos de la zona.
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