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La Hermandad del Refugio quiere desalojar a los 41 ancianos de su residencia antes del verano

Entrada a la residencia de El Refugio | SOMOS MALASAÑA

Antonio Pérez

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El edificio que acoge a la Residencia Nuestra Señora del Refugio, situada en el número 1 de la calle del Pez, se pondrá a la venta y los 41 ancianos que viven en ella y la docena de trabajadores que los atiende deberán buscarse un nuevo hogar, según advierte Agustín Almagro, hijo de uno de los residentes. “A las familias nos han dado tres meses para reubicar a nuestros parientes”, comenta Almagro en una carta dirigida a este periódico.

La propietaria del edificio es la Asociación Santa Pontificia y Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid, una antiquísima institución civil, privada, de beneficencia, confesionalmente católica y con más de 400 años de antigüedad, dedicada a atender a las personas desamparadas en el centro de Madrid.

La Hermandad necesitaría liquidez, según comenta Almagro, y es por eso que pondrá a la venta el edificio. Cada residente paga unos 1.600 euros al mes por vivir en la residencia. “Me resulta muy contradictorio ese comportamiento en una institución religiosa cuya razón de ser es ayudar a las personas que necesitan refugio”, indica Almagro, quien espera aún que los dueños “cambien de opinión y mantengan este servicio tan útil y valorado en el barrio”.

La Hermanda del Refugio aún no ha comunicado a los residentes oficialmente el forzado desalojo del edificio, si bien trabajadores de la residencia han confirmado el cierre a este periódico. Algunos ancianos -y parte de sus familiares- desconocen que serán desalojados en breve. A la espera de cómo se sucedan los acontecimientos, el centro ha dejado de admitir altas entre sus residentes.

La residencia que llegó de una donación

La residencia de ancianos de Nuestra Señora del Refugio está en marcha desde el año 2001. Se ubicó en el lugar gracias a una donación por parte de una feligresa, que tuvo lugar en 1993. Distintas fuentes hablan de que esa cesión se produjo con la condición de que el inmueble fuera utilizado como lugar de ayuda y cobijo a ancianos y personas necesitadas del barrio. Este periódico no ha podido confirmar este extremo.

“En 1993, al recibirse un importante legado, se compró una finca en la calle del Pez nº 1, que tras su consolidación y rehabilitación se dedicó a Residencia de Ancianos, de pago subvencionado, actualmente con capacidad para 48/50 residentes”, explicaba hace un año Luis Catalán de Ocón, Mayordomo de la Santa, Pontificia y Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid, a la revista Análisis Digital. Somos Malasaña no ha podido hablar con ningún portavoz de la institución que ofreciera más información sobre el cierre residencial.

El principal objetivo de la Hermandad del Refugio es la de ofrecer comida a los necesitados, labor que comenzó desde su fundación, en 1615, con la muy conocida en la época 'ronda del pan y el huevo', durante la que repartía estos alimentos a los pobres de Madrid, que por aquella época contaba con no más de 70.000 habitantes. Esta práctica caritativa se sigue desarrollando en la actualidad todas las tardes (excepto los domingos), a partir de las 19.00. Largas colas de personas esperan en la Corredera Baja de San Pablo para entrar al comedor y probar una de sus 90 cenas calientes. A los que no llegan a entrar se les ofrecen bocadillos y una bebida caliente. Reparten hasta 180 unidades cada día.

La actividad de la hermandad se completa con la entrega de ayudas alimentarias a los vecinos necesitados, que tiene lugar una vez a la semana, y su servicio de ropero, mediante el que ofrece prendas de vestir a cualquiera que acude a pedirlas. Además, gestiona los servicios de la cercana iglesia de San Antonio de los Alemanes y un colegio, el de la Purísima Concepción, de carácter concertado y que cuenta con unos 300 alumnos de edades comprendidas entre los 3 y los 16 años.

El rey Felipe VI es protector de la hermandad desde 1995, como también lo fue previamente su padre, Juan Carlos I, quien aceptó la presidencia de honor de los actos por el 400 aniversario de la hermandad, que tuvieron lugar hace solo un año, en enero de 2015.

Pez, una calle en auge

La ubicación privilegiada del número 1 de la calle Pez, que hace esquina con Corredera Baja de San Pablo, hace del edificio que alberga la residencia una perita en dulce para cualquier promotor inmobiliario. La vía está recobrando su gran auge comercial en los últimos tiempos, con locales vendidos por cientos de miles de euros y otros dos edificios cerrados que esperan inversores y reformas.

Desde hace dos años, además, sus vecinos y comerciantes han logrado recuperar las Fiestas de San Antonio, que en otro tiempo tuvieron gran relevancia. El Ayuntamiento de Madrid ha confirmado su apoyo logístico para su edición de este año, que tendrá lugar a mediados de junio.

Todos los años, en Navidad, en la cafetería de la Residencia del Refugio se ha estado montando el mejor Belén de cuantos podían verse en Malasaña gracias a uno de sus residentes, Gregorio Alonso, uno de los 41 vecinos que deberán buscarse ahora un nuevo hogar.

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