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La fina piel del PP de Centro: los populares encajan mal las críticas de los vecinos

Captura de la conversación en twitter del Grupo Popular de Centro y la plataforma vecinas SOS Centro

Antonio Pérez

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“No os enfadéis @ppcentro, yo soy de derechas sin complejos pero hay que ponerse las pilas ya. Escalar los problemas al alcalde. Esto no es un tema de colores. Problemas: amplificadores de músicos, pintadas en las calles, botellón, suciedad en aceras... vamos a poner solución!!”. De esta forma interpelaba a través de twitter un vecino del barrio de los Austrias al PP de Centro, en respuesta a una sorprendente contestación de estos en la misma red social ante una crítica efectuada por la plataforma vecinal SosCentro:

“Con tal de criticar a @AlmeidaPP_ os vale cualquier encuesta, eh. Hasta esta de 2017 y 2018, en la que el @GrupoPPMadrid estaba en la oposición!!”, escribían los populares de Centro.

Este pequeño desencuentro hecho público en redes sociales no es más que la constatación de dos hechos: por una parte, tras un descenso de la actividad reivindicativa ciudadana propia de los meses de verano y una vez pasados los 100 días de bula que se le suelen dar a cada nuevo gobierno, las asociaciones vecinales del centro de Madrid vuelven con fuerza a reclamar soluciones a los males endémicos que afectan a sus barrios, así como a las nuevas amenazas que les afectan, centradas especialmente en la proliferación de pisos turísticos y también en los planes de peatonalización de algunas calles y zonas; por otra, que los nuevos responsables municipales no sólo no se han puesto aún a hacer los deberes sino que demuestran tener la piel muy fina y poca tolerancia ante las críticas.

Desde la cuenta en twitter de la plataforma vecinal SOS_BarrioJusticia también se mediaba en la conversación: “Os equivocáis si pensáis q es un tema personal o ideológico. En las asociaciones d vecinos participamos gente d cualquier ideología, nos unen los mismos problemas y las ganas d q el centro d Madrid sea un sitio vivible y q conserve su idiosincrasia”.

“De verdad, aprovechad toda la info de cuentas vecinales porque los problemas que hablan son comunes para todos los vecinos con independencia de ideologías”, volvía a recomendar al PP el vecino que se declaraba votante de derechas. A lo que la cuenta oficial de los populares de Centro respondía con síes y peros, volviendo a poner bajo sospecha las intenciones de algunos movimientos vecinales, con los que tradicionalmente se han manejado con recelo: “Por supuesto, lo hacemos. Ruido, suciedad, vivienda turística... Conocemos muy bien estos problemas porque vivimos el #distritocentro y en el #distritocentro. Pero también habrá que decirle a algunos interesados que no siempre tienen la razón”.

Las cuentas individuales de las distintas asociaciones de vecinos del distrito (@VecBarrioCortes, @avchueca, @AVCavas...) o de la coordinadora de éstas (@avvmadridcentro) están llenas de denuncias sobre la suciedad de las calles, el ruido y las molestias que generan la viviendas de uso turístico. También son numerosas las cuentas de vecinos particulares de barrios de la zona que documentan a diario esos problemas y exigen soluciones.

Sobre todas ellas sobresalen las que comienzan por “SOS” (@SOSSolyLetras, SOS_BarrioJusticia, SosCentro), surgidas a imagen y semejanza de SOS Malasaña, plataforma vecinal que en la anterior legislatura logró sentarse a la mesa de Manuela Carmena y arrancarle una comisionada y un plan especial de actuación urgente para la zona de Universidad y que también ha logrado visibilizar su protesta en las calles colocando carteles amarillos en los balcones de muchos domicilios, y no pocos comercios, del distrito con el lema “Vecinos en peligro de extinción”.

Con Ahora Madrid en el poder ya jugó SOS la baza de interpelar directamente en cada una de sus protestas a la máxima autoridad municipal y está repitiendo ahora jugada con Martínez-Almeida. Ante los problemas sin solución de siempre no es de la Junta de Centro de donde esperan medidas encaminadas a lograr soluciones, sino que apelan a la responsabilidad de la Alcaldía. En cualquier caso, estos vecinos lamentan que con los actuales mandatarios aún no se han establecido las deseables vías de diálogo.

Votala.drones

Estos tienen la piel muyyy fina y la cara de cemento armado..Ya se sabe que para los vecino@s no trabajan .

@capitan_malasana

Malasaña lleva en esta situación, con sus altas y bajas, más de 40 años. No olvidemos que han pasado por aqui PSOE, PP y MAS MADRID. Me recuerda ese refrán tan sabio: "Mismos galgos con diferentes collares". Algo se nos escapa del barrio, cuando ninguno de los que han pasado han sido capaz de revertirlo. Tal vez una maraña de corrupción e intereses, totalmente indiferentes y a salvo, sea cual sea el color político del regidor de turno... el alcalde cambia, pero ellos siguen. Es que otra cosa no se explica.

Garic

Cuando problemas de "fácil" solución se pueden solucionar con un poco de voluntad y recursos (porque la ley ya está de nuestro lado en muchas ocasiones) pero no se hace, hay que ponerse a temblar.

O se pueden acabar las protestas pacíficas y organizar algo serio que exporte y de visibilidad a nuestras molestias a quien no las sufre, porque 40 años pidiendo lo mismo ya son demasiados.



A lo mejor tendríamos que tomar la justicia por nuestra mano para que se alarmen, porque así nadie va a mover el culo del sillón de su despacho. Se puede obstaculizar el acceso a la plaza para determinados usos o llenar de basura, pintadas y orina determinados lugares. No sé, a bote pronto se me ocurren ideas que, con un poco de aguante a las multas pueden ser efectivas. Propongo crear un fondo común para pagar esas multas y me ofrezco voluntario para concentrar los males del barrio en tres o cuatro sitios.

Pero vamos, que hay medidas sin multa también. Como quedar 50 personas todos los días para tomar unos refrescos y hablar de los problemas del barrio en una calle cualquiera.... en Jesús del Valle, por decir una calle. O llevar los miles de perros del barrio a orinar en un único punto de esa calle. Una persona enfadada en su vivienda habitual puede hacer cambiar mucho las cosas, aunque ya no se prodigue por su lugar habitual de trabajo.
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