Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La Fiesta de las Maravillas, un reconocimiento a la trayectoria de los comercios tradicionales del barrio

Un momento de la entrega de diplomas a los comerciantes del barrio | Foto: Somos Malasaña

Antonio Pérez

0

Cada 2 de febrero, un pequeño grupo de resistentes celebra en Malasaña la fiesta de la Candelaria, o lo que es lo mismo, el día de Nuestra Señora de las Maravillas, patrona del barrio. Se trata de una celebración en ‘petit comité’, sin grandes fastos, pero con la mayor de las armonías y con ese sabor a barrio que aún conserva la zona y que al profano se le escapa, oculto en la capa de superficialidad que desde fuera se le atribuye.

Esta celebración, organizada por la Asociación de Comerciantes del Barrio de Maravillas y, muy especialmente, gracias al empuje de su presidenta honorífica, Maruja García, ha ido mutando con el tiempo hacia un homenaje especial al comercio tradicional del barrio. Durante esta jornada se entregan ‘Las 7 Maravillas del Barrio de Maravillas’, unos reconocimientos en forma de diploma al trabajo por el barrio que vienen haciendo desde hace décadas e, incluso, alguna centuria, los comerciantes más veteranos.

En esta edición, los galardonados han sido Fernando Vilches, gerente del Mercado del Coleccionismo de la plaza del Dos de Mayo; José María Navarro, del taller broncista del número 51 de la calle Madera (abierto desde 1875); Gregoria Martínez, de GAMA-RADIO, en el número 4 de Minas desde 1954; Palmira Sánchez, por sus 30 años al frente de Peluquería Beauty Dream; el escultor Marciano Buendía, por sus más de 40 años de trabajo; Johnstan Seivane, de Cristamamp, en el 7 de Marqués de Santa Ana y María García, octogenaria antigua tendera que comenzó a trabajar con 14 años en la lechería de la calle Dos de Mayo.

Los reconocimientos se han otorgado al alimón entre la citada y veterana Asociación de Comerciantes de Maravillas y la reciente asociación de comerciantes Vive Malasaña, heredera natural de la labor de la primera en su faceta de cuidar del tejido comercial de la zona y del trabajo en pos de la mejora general del barrio.

En cuanto a la vertiente más popular de la fiesta, este año se sustituyó la tradicional chocolatada que se ofrecía en la plaza del Dos de Mayo por una cena abierta al vecindario que, a base de patatas revolconas, se ofreció en el local de la antigua Granja Dos de Mayo a expensas de Maruja García, conocida popularmente como la ‘Abuela Maravillas’. El fin de fiesta se ofició en la Sala Maravillas, con una sesión poética de micro abierto.

Etiquetas
stats