Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La confesión de la pareja de Ayuso desmonta las mentiras de la Comunidad de Madrid
El plan del Gobierno para indemnizar a las víctimas de abusos agita la Iglesia
Opinión - El pueblo es quien más ordena todavía. Por Rosa María Artal

La cerveza de abadía Grimbergen renace en Conde Duque

grin

Somos Malasaña

0

Probar una cerveza con una historia a sus espaldas de 887 años es una tentación demasiado grande como para resistirse a hacerlo. Es por ese motivo que al enterarnos de que Grimbergen presentaba su enésimo renacer en el centro cultural Conde Duque acudimos prestos a dar la bienvenida a esta cerveza de abadía, ideal para ser disfrutada en momentos especiales.

Grimbergen es una cerveza premium belga cuya producción comenzó en el año 1128 en la abadía que le da nombre, cerca de Bruselas. La desgracia quiso que a lo largo de la historia esa abadía fuera destruida por completo en tres ocasiones. Sin embargo, cual ave fénix, otras tantas veces volvió a ponerse en pie y, casi milagrosamente, ha podido llegar hasta nuestros días la receta primigenia con la que los monjes de Grimbergen han estado elaborando a lo largo de los siglos la bebida que les ha dado fama.

Hoy por hoy, la Grimbergen que se presentó en Conde Duque es una versión actualizada y mejorada de la de antaño, heredera de una gran historia y sabiduría, y con tres modelos diferentes entre los que nos es complicado elegir un preferido: Grimbergen Blonde, Grimbergen Blanch y Grimbergen Double. Se trata de tres hijos de la misma madre que, aunque cada cual presenta sus particularidades, comparten sabores sorprendentes, intensos y fuertes, a la vez que aromáticos y afrutados; incapaces de provocar indiferencia.

Para contar la historia de Grimbergen, así como su renacer (#RenacerDeGrimbergen), se desplazaron a Madrid ni más ni menos que dos auténticos monjes norbertinos de la abadía belga: el abad Erik y el padre Karel. Ambos se ocuparon de la parte histórica de una presentación que contó con el sumiller Gabriel Villalobos como maestro de ceremonia de la parte de la cata y del maridaje gastronómico.

El hecho de haber elegido Conde Duque-Malasaña para la presentación de Grimbergen fue, sin duda, un acierto y un guiño al paralelismo cerveza-ubicación que se puede hacer si tiramos de historia y prestigio por un lado y de modernidad y cultura por otro: nexos que comparten la marca y la zona.

A quien le guste la cerveza, mejor que no le pierda la pista.

Etiquetas
stats