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La ayuda de los servicios sociales a los usuarios de la despensa solidaria de Malasaña, ¿para después del verano?

Preparación de cestas de alimentos, el pasado 16 de agosto, en la sede de la despensa solidaria, en la Casa del Cura

Antonio Pérez

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La despensa solidaria de Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña fue una de las primeras en colaborar con los servicios sociales del distrito Centro, previa consulta con sus usuarios sobre cesión de datos, cuando el alcalde y la vicealcaldesa de Madrid solicitaron información sobre los beneficiarios de este tipo de redes vecinales de apoyo surgidas durante la crisis social provocada por el coronavirus y ante el colapso de la ayuda municipal.

El objetivo era sencillo, la desescalada del apoyo prestado por voluntarios y particulares y que fuera la administración la que se encargara lo antes posible de cubrir las necesidades de las personas vulnerables que durante la pandemia se estaban quedando atrás, incapaces de salir adelante por sus propios medios.

En especial, esa colaboración podría ser útil para llegar a los nuevos demandantes de ayuda, los cuales estaban fuera del radar de las instituciones, argumentaban tanto desde Cibeles como desde los distritos, en medio de una guerra de cifras en la que a la acusación que hacían las despensas sobre desborde institucional era frecuente que se le respondiera que los datos que manejaban estas podrían esconder duplicidades en las ayudas.

En este contexto fue cuando el 16 de junio pasado el banco de alimentos de Malasaña facilitó a los servicios sociales de Centro el listado de las personas a las que atendía con regularidad y no fue hasta un mes más tarde que recibieron contestación: “Después de que les pasáramos nuestro listado lo único que hicieron fue hacer uno identificando las diferentes casuisticas en las que se podían encontrar nuestras familias. No nos ofrecieron ninguna ayuda. Fue un ahí lo tenéis, ahí os arregléis.... Nos vamos de vacaciones”, comentan desde esta red de apoyo vecinal. “Nos quedamos alucinados con la actitud de escurrir el bulto después de tanto pedir públicamente datos a las despensas solidarias”.

Del total de 160 familias a las que el banco de alimentos de Malasaña prestaba ayuda en el mes de junio, al menos 77 no tenían expediente previo en los servicios sociales del distrito. De esas, 39 no estaban empadronadas en Centro -quedando excluidas de las posibles ayudas en este distrito- y 30 carecían de padrón alguno. Dentro de las distintas divisiones en las que los servicios sociales de Centro clasificaron a las familias usuarias de la despensa del barrio había categorías como: “recibe comida a domicilio”, “tiene lotes quincenales, ”unidades sin evaluar“, ”sin ayuda, no contesta al teléfono“.

En el intercambio de datos también se detectaron 20 familias a las que se les había denegado una ayuda desde servicios sociales por “tener apoyos, ingresos o cobrar Rente Mínima de Inserción”, aunque cabe destacar que todas esas situaciones habían sido evaluadas antes de que estallara la crisis de la Covid-19.

Para cada categoría en la que se englobaba a las distintas familias, según los servicios sociales, estos hacían una recomendación, que en la mayoría de los casos era “hablar con las familias” o “ayudar a empadronar”, tareas que, supuestamente, deberían ser asumidas por los voluntarios de la red de apoyo vecinal.

“Para lo que ha servido esa colaboración que nos pedía el Ayuntamiento, al menos de momento, ha sido para decirnos que hagamos un trabajo que deberían asumir los servicios sociales con los datos que les hemos facilitado. Es de risa”, critican desde Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña.

Sí obtuvieron compromiso verbal de abrir expediente y valorar la situación de aquellas familias de Centro que no lo tienen ya. Y hablaron de tener una reunión con la responsable del centro de servicios sociales Maravillas con el fin de tratar el tema de los empadronamientos. Eso sí, todo ello después del verano, a la vuelta de vacaciones, más de dos meses y medio después de que compartieran con las instituciones los datos sobre sus usuarios que tanto se habían apresurado a reclamarles.

Mientras tanto, y dado que la necesidad no sabe de días de descanso estival, Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña continúa prestando ayuda a sus beneficiarios desde su sede de la Casa del Cura, si bien se han visto obligados a rebajar a una vez por quincena los días de reparto de alimentos ante la escasez tanto de voluntarios como de donaciones en estas fechas en las que Madrid se vacía de vecinos.

Para continuar con la labor que realizan están siendo esenciales tanto las donaciones económicas de particulares que siguen recibiendo en la cuenta solidaria de la despensa como los 2.300 kilos de alimentos no perecederos recibidos del Banco de Alimentos de Madrid.

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