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Guía para disfrutar del Museo del Romanticismo

Luis de la Cruz

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El Museo Romántico ha reabierto sus salas -después de nueve años de reformas- transformado en Museo Nacional del Romanticismo. Las moquetas de la entrada relucen y hay estos días una cantidad impresionante de personal que contesta dubitativo a las preguntas de los visitantes. Estuvimos en él viendo cómo la maquinaria se ponía en movimiento el segundo día después de la inauguración.

Lo mejor

  • La colección de pintura española del XIX es realmente impresionante. Magníficas son las muestras de Federico Madrazo o Leonardo Alenza, entre otros.
  • El concepto de museo de la vida diaria de una familia burguesa del XIX no se ve oscurecido por la calidad de los fondos.
  • La alucinante sensación de extrañeza que producen los numerosos retratos que cuelgan de las paredes. Muchos de estos románticos eran realmente terroríficos.
  • Lo que está por venir: desde el salón de té que abrirá en unos meses hasta las actividades abiertas al barrio que se van a realizar (presentaciones, exposiciones temporales, conciertos acústicos, charlas, lecturas de poemas...)

Lo peor

  • Falta aún señalización en las salas. Se echan de menos paneles explicativos que pongan en contexto el material: semblanzas de autores, nombres de mobiliario, introducciones históricas… Bien es cierto -como nos puntualizan desde el museo- que se puede paliar en parte con el cuadernillo que se entrega a la entrada de forma gratuita y que hay que devolver a la salida y con las explicaciones interactivas de la última sala. También hay audioguías, pero son de pago.
  • En las salas con alfombras no te dejan salir del camino que forma una alfombra de menor raigambre para no estropear ¿el resultado? En muchas salas no se pueden leer los letreros de las obras expuestas.
  • El museo está articulado a partir de muchas estancias de pequeño tamaño, con lo que no hay distancia suficiente para contemplar los cuadros más grandes. En algunos rincones la iluminación no consigue evitar los reflejos en las pinturas.

Consejos prácticos:

  • No olvides echar un vistazo por las ventanas para ver el jardín y el pequeño patio de la entrada: su remodelación no ha llegado a tiempo para la apertura y de otra forma no podrás disfrutarlo por el momento. Si eres aficionado a los souvenirs también tendrás que esperar a que la tienda esté lista.
  • Si quieres organizar una visita en grupo (no más de veinte personas) llama al teléfono 914 480 163 o escribe al correo electrónico reservas.romanticismo@mcu.es
  • Si vas a preparar una visita con niños descarga este documento que el museo pone a tu disposición.

El Romanticismo ha vuelto al barrio en forma de gran museo y a pesar de pequeñas pegas merece la pena acercarse al XIX.

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