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El PP se da cuenta de que dejó en Madrid demasiadas “plazas duras”

Plaza de  Soledad Torres Acosta (plaza Luna) | Foto: Somos Malasaña

Antonio Pérez

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El grupo popular presentó una propuesta el lunes en el pleno del Ayuntamiento de Madrid -a través de su portavoz de Medio Ambiente y Movilidad, Fernando Martínez Pidal- sobre la necesidad de ajardinar las plazas públicas de la ciudad por ser demasiado “duras”. En este sentido no hizo más que confirmar lo que ya adelantara este periódico cuando recogió las palabras pronunciadas en el pleno de la Junta de Centro por el número 2 de Aguirre durante la campaña electoral municipal, Íñigo Henríquez de Luna, quien al exponer los objetivos en pos de los cuales trabajaría su partido durante la presente legislatura sorprendió al indicar que su grupo creía que había “demasiadas plazas duras” en el distrito.

Rectificar es de sabios, que dice el refrán. Cabe recordar que durante los más de 25 años que el PP se mantuvo al frente del ayuntamiento madrileño uno de sus más polémicos 'santo y seña', en cuanto a actuaciones de urbanísticas se refiere, fue el de remodelar espacios públicos a base de hormigón, ausencia de sombras y mobiliario urbano poco amable con los usuarios. El objetivo de aquella política, de la que el ex alcalde Ruiz Gallardón fue máximo exponente y mil y una vez explicada por los entonces responsables del distrito, era, sobre todo, evitar el botellón en las plazas públicas, así como el uso que de los bancos hacían las personas sin hogar (urbanismo preventivo). Al mismo tiempo, esos suelos duros sirvieron, además de para 'hacer de oro' a los productores de granito, para que las terrazas de establecimientos de hostelería ocuparan el espacio público y ferias efímeras, de distinta índole y cuestionable sentido, montaran 'chiringuitos' donde alguna vez hubo juegos de niños y vecinos hablando.

En Malasaña, la actual plaza de la Luna es el más claro ejemplo de lo que han supuesto dichas actuaciones, que en todas las plazas del distrito dejaron su huella. Ni las protestas de asociaciones de vecinos lograron frenar en su día la moda de crear 'descampados de cemento'. Como anécdota, añadiremos que el tema de las plazas duras fue protagonista de la inocentada de este periódico hace cinco años, el 28 de diciembre de 2010. En aquel entonces, bromeamos con que el PP rectificaba al titular: 'Gallardón cambiará el granito por césped en las plazas del centro'... Más que un artículo premonitorio, aquello era algo de sentido común. Lo mismo al PP madrileño le sienta bien estar en la oposición.

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