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El Patio Maravillas se expande brevemente al centro de la “ciudad museo”

Gente que apoyaba la okupacion |Foto de patiomaravillas.net

Luis de la Cruz

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Actualización: Poco ha durado la nueva sede de El Patio Maravillas. Al filo de las

cuatro de la madrugada un dispositivo policial, cifrado por los presentes en treinta furgones y 200 policías, ha desalojado del inmueble del Paseo del Prado a las personas que hacían noche en él.

Cuidado, os avisamos, somos los mismos que cuando empezamos. Con la cita de una canción del mítico grupo punk Eskorbuto saludaban este martes en las redes sociales algunas cuentas afines al Patio Maravillas la okupación de la nueva sede de este proyecto, en pleno Paseo del Prado. Acabando mayo se ha hecho realidad la advertencia de la asamblea del Centro Social Okupado de la calle Pez, que había dicho que de no atender, como no hizo, el Ayuntamiento su solicitud de cesión de un edificio público para ser autogestionado, lo tomarían ellos mismos. En el trasfondo del pulso está la excusa, por parte del consistorio, de que no hay edificios municipales en Madrid de las características que pretende El Patio para continuar con su labor.

La atención había estado centrada toda la tarde en la rueda de prensa convocada por Esperanza Aguirre. Con los murmullos y comentarios provocados por la aparición pública de la líder del PP madrileño, en la que propuso una gran coalición para evitar que Manuela Carmena entre en el despacho de Cibeles, empezaron a circular por las redes sociales fotografías de un edificio de ladrillo rojo con el ya clásico emblema okupa de El Patio: un corazón fucsia flechado. La sucesión de ambas escenas tiene un encaje coherente con el discurso público de El Patio. Dejamos a continuación la crónica de la breve experiencia.

El edificio okupado, en el número 30 del Paseo del Prado, fue hasta el año 2012 sede de la UNED, y previamente había albergado una escuela de idiomas y la Casa de Socorro de Retiro. En 2013, la fundación del arquitecto argentino Emilio Ambasz firmó un convenio con el Ayuntamiento de Botella para que le fuera cedido el terreno durante 75 años a cambio de que ésta se hiciera cargo de la demolición y edificación de un museo. Hasta ese momento pertenecía al Área de las Artes, que se ha hecho cargo de su mantenimiento hasta la fecha.

Ya en este momento se rebajó la protección patrimonial del edificio y se cambió la catalogación del mismo a usos culturales, con fuertes críticas de la oposición, que sacó a relucir que el ex secretario de cultura Miguel Ángel Cortés era secretario general de la fundación Ambasz. En el último pleno ordinario y extraordinario de la Junta de Gobierno, el equipo de Ana Botella aprobó la modificación del Plan Especial, lo que había dado luz verde al derribo y la construcción del nuevo museo.

A pesar de un nombre ambicioso, Museo de Arte, Arquitectura y Diseño (MAADU), la futura nueva institución del número 30 del Paseo del Prado destaca más por su original diseño sostenible, un cubo cubierto de jardines verticales, que por los fondos y actividades que albergará (material del propio arquitecto y eventos sin definir), y ha sido muy criticada desde ámbitos profesionales. Las condiciones de la cesión de este espacio público también se han considerado extraordinariamente ventajosas.

El nuevo Patio, coherentemente con la reflexión que, como colectivo, vienen haciendo pública en los últimos tiempos, ha golpeado al Ayuntamiento de Madrid con una de las críticas que más se están haciendo al consistorio saliente:  aprobar proyectos, hacer excepciones en el Plan General de Ordenación Urbana y hacer concesiones públicas millonarias antes de abandonar el barco. La gentrificación ha sido una de las puntas de lanza argumentales de su enfrentamiento con el Ayuntamiento, a propósito de su próximo desalojo de Pez 21.

El Patio ha hecho bandera de la reflexión sobre el modelo de ciudad neoliberal y desembarca ahora en el centro del Madrid, que se postula en el catálogo de las ciudades globales y turísticas. El edificio okupado se sitúa a caballo entre dos zonas con nombres pensados ad hoc para crear un proyecto turístico de barrio: el Barrio de las Letras (la denominación proviene de los noventa) y el Paseo de las Artes, encarnación última del Paseo del Prado. El nuevo Patio convivirá con edificios de grandes arquitectos internacionales, como el CaixaFórum de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, un centro cultural de vanguardia, el Medialab Prado, y numerosas galerías de arte.

Según han querido recalcar desde El Patio Maravillas, la okupacion de este nuevo espacio, de 3000 metros cuadrados, no es una mudanza, sino que ahora habrá dos Patios Maravillas, que convivirán. Sin embargo, la permanencia de la sede de Pez 21 tiene los días contados y es muy posible que el barrio de Malasaña se quede sin su Centro Social de referencia.

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