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El inconfundible trazo de Mingote dibuja la Historia de Madrid

La decorción con los personajes de Antonio Mingote en el edificio de la vecina calle Duque de Osuna

Luis de la Cruz

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Hay, en los límites de la zona de Conde Duque, una casa preciosa que luce personajes del dibujante Antonio Mingote sobre sus balcones. Es en la calle Duque de Osuna esquina con la plaza de Cristino Martos y sobre uno de sus lienzos figuran también la firma del humorista y una placa que lo homenajea.

La singular decoración de este edificio, en realidad, no es única en el paisaje urbano madrileño. Seguramente, una de sus intervenciones (como se llama ahora a la cosa artística) más celebradas fueron los enormes toldos que cubrieron la Puerta de Alcalá en 1992, durante su restauración. También habréis visto sus característicos personajes en las placas que señalizan los comercios centenarios de la ciudad, en las ventanas del edificio de la calle de la Sal esquina con Postas (a modo de trampantojo humanoide) o, desde estos días, impresos en la estación de metro de Rubén Darío.

Antonio Mingote nació hace cien años –de ahí la exposición de la que a continuación hablaremos– en Sitges, y murió en 2012. Con diecisiete años se alistó en el bando franquista y al terminar la guerra entró en la Academia de Transformación de Infantería en Guadalajara, en cuya revista publicó sus primeros dibujos. Su carrera comienza realmente, como la de muchos compañeros de generación, en los años cuarenta en La Codorniz. Mingote tiene tras de sí una exitosa carrera como humorista gráfico, novelista, guionista y hasta fue miembro de la Real Academia de la Lengua, pero lo que nosotros queremos destacar hoy es su relación con la ciudad de Madrid, sobre la que publicó diferentes obras.

El Museo de Historia de Madrid alberga en este momento Madrid se escribe con M de Mingote, una exposición que recoge la mayoría de los dibujos de su libro Historia de Madrid, que se publicó por primera vez en 1961 (abarca desde la prehistoria hasta la capitalidad), y que contó con una continuación en 1992 que alargó su visión ácida sobre la historia local hasta los días de Cervantes.

Cuando uno baja las escaleras del Museo de la calle Fuencarral (la exposición está en el sótano, junto a la magnífica maqueta de León Gil de Palacio) la primera impresión que tiene es que se trata de una muestra pequeña, sin demasiada entidad. Sin embargo, es una exposición que va al grano: lo importante son los dibujos del maestro de dibujantes, de forma que uno puede tirarse un buen rato leyendo cada pie de dibujo y recreándose en los detalles del trazo irrepetible de Mingote.

Madrid se escribe con M de Mingote se compone de 125 dibujos y algún detalle más en el centro de la sala (libros, fotografías de Mingote, dibujos dedicados a la muerte de Tierno Galván y Rodríguez Sahagún, y poco más).

La versión didáctica de la historia de Madrid que nos ha legado Mingote tiene, francamente, un valor muy discutible; el ingenio de muchas de sus viñetas y la originalidad de su trazo, en cambio, merecen en sí mismo esta pequeña retrospectiva temática en el museo de historia de la ciudad a la que consagró parte de su obra.

Dónde: calle Fuencarral 78

Cuándo: prorrogada hasta el 12 de enero

Cuánto: entrada libre

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