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El creador del mejor cóctel de Malasaña: “El barrio está viviendo un boom de la coctelería”

Joaquín Manrique, en la barra de Cubanismo | EL PARACAIDISTA

Diego Casado

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Joaquín Manrique (Zaragoza, 1982) tiene el honor de ostentar el título de Mejor cóctel de Malasaña 2017, premio al que se hizo acreedor durante la última edición de Coctelsaña. Su propuesta, La Yiyi -al final de este texto ofrecemos la receta- fue degustada por cientos de personas y por un jurado que valoró especialmente su acertada combinación de sabores.

“La Yiyi es básicamente un mojito, con algunas modificaciones”, explica modestamente durante una entrevista con Somos Malasaña. Pero su propuesta ganadora iba más allá: sustituyó el azúcar por sirope de vainilla y e introdujo la hierbabuena en la coctelera, para darle un toque más fresco junto a la lima. Después usó soda de pomelo para rebajar la gradación alcohólica de la cachaça y añadió como toque final el efecto sangrado del sirope de frambuesa. Todo maridado con los frutos rojos de la decoración. Una pequeña obra de arte servida en vaso de cristal.

La propuesta, elaborada en exclusiva para Coctelsaña, gustó tanto que en solo diez días sirvieron 587 a sus clientes. “Y la gente lo sigue pidiendo, ha sido increíble”, comenta Joaquín mientras explica que el nombre del cóctel es un homenaje a La Lupe, una cantante cubana que revolucionó el bolero y la canción latina, a la que sus amigos llamaban Yiyi, y que suena habitualmente en el hilo musical del local.

El éxito de su propuesta y del espacio que la acogió -Cubanismo, una de las terrazas de El Paracaidista- viene acompañado de un cambio palpable en la hostelería del barrio, que Joaquín acredita: “La coctelería en Malasaña ha sido un boom. Han abierto locales emblemáticos de mucha calidad: el Dry Bar de Pez, el Traveller de San Andrés, el Santamaría en Ballesta... y el público cada vez lo demanda más”. También sirve como muestra el consumo en esta última edición de Coctelsaña, la de mayor impacto, durante la que se sirvieron más de 6.000 cócteles en sus 40 locales participantes.

Joaquín es maño, pero respira Malasaña por los cuatro costados. Vive en el barrio desde que llegó a Madrid hace siete años, en la propia plaza del Dos de Mayo. Por eso puede hablar con propiedad del cambio de gustos en Malasaña, pues ha estado sirviendo en la barra de varios locales de la zona: “Cuando empecé a trabajar en el Pepe Botella la gente siempre pedía o mojito o caipirinha, pero los clientes quieren ahora cosas más especializadas. Se nota tanto en la variedad de lo que se sirve como en el volumen de ventas. Cualquier bar ahora mismo en Malasaña tiene su pequeña carta de cócteles”, añade.

A este coctelero el gusto por mezclar destilados le viene de joven. “Empecé a trabajar en un bar con 18 años, y antes ya me gustaba. Siempre he coleccionado botellas de edición limitada que a mi padre le regalaban en la típica cesta de navidad”, recuerda. Su primera coctelera llegó después de visitar un clásico, el Cock de la calle Reina. “Me la compré al día siguiente y acabé siendo el que preparaba los cócteles en la residencia de estudiantes”, dice con una sonrisa.

Ahora y después de un largo proceso de formación, Manrique dirige el área de coctelería de Cubanismo, un lugar que detecta este cambio de gustos que antes citaba, ejemplo de locales que van medrando con un público que demanda tragos elaborados y también con el incremento del turismo anglosajón, mucho más exigente en cuanto a las mezclas, y mucho más paciente. “La coctelería no es tirar cervezas. Detrás de un cóctel hay una formación, un proceso, una técnica, un estudio... y la gente que demanda coctelería ya sabe que es algo que requiere su tiempo de elaboración”.

Para acabar la entrevista, preguntamos a Joaquín por su cóctel preferido: “Yo soy de tragos clásicos: el old fashion, el dry martini... cada cóctel tiene su momento. Un negroni es perfecto para el aperitivo, por ejemplo”. ¿Y qué piensa del yayo, uno de los cócteles más populares de Malasaña? “Me parece perfecto, tanto que en nuestra carta hemos metido un cóctel similar”, nos informa. “Es un homenaje al yayo y a la media combinación cubana, en la que se inspira, que introdujo Boadas en España”.

Joaquín comparte bajo estas líneas la receta del cóctel ganador, para que los lectores de Somos Malasaña lo puedan preparar en casa.



Receta de La Yiyi, el mejor cóctel de Malasaña 2017



INGREDIENTES:



1 medida de Cachaça 51, ½ medida de zumo de lima, 1/3 de medida de sirope de vainilla Marie Brizard, ¾ de medida de licor de frambuesa Marie Brizard, 1 golpe de soda de pomelo rosa, hojas de hierbabuena, hielo y hielo pilé. Frambuesas o moras y cáscara de lima para decorar.



PREPARACIÓN:



Se agitan, con un hielo en la coctelera, la cachaça, el zumo de lima, el sirope de vainilla y las hojas de hierbabuena, hasta que condense. Se cuela y se sirve en vaso medio, sobre una capa de hielo pilé. Se le da un golpe de soda de pomelo en el vaso, y se vierte el licor de frambuesa para que dé efecto sangrado. Se decora con moras o frambuesas, una cáscara de lima y hierbabuena.

Coctelsaña es la mayor ruta de cócteles que se organiza en Madrid. Una gran fiesta de la coctelería, que cuenta con el patrocinio de Marie Brizard Wine Spirits, la colaboración de las asociaciones de comerciantes del barrio de Universidad -Vive Malasaña y AHM- y que es ideada y producida por Somos Malasaña.

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