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El bar Noviciado se despide, víctima de la renta antigua

El bar Noviciado, ya cerrado este 1 de agosto | SOMOS MALASAÑA

Diego Casado

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“Hoy, 31 de julio de 2015, este viejo y abigarrado bar de la calle Ancha de San Bernardo, tras 69 años de historia, se ve obligado a echar sus cierres por última vez por ser un local de renta antigua”. Así comienza la carta de despedida del bar cervecería Noviciado, que colocaron sus responsables en los escaparates del local a modo de epitafio, en medio de un verano plagado ya de cierres de locales históricos en Malasaña.

El local se despide afectado por el fin de sus condiciones de arrendamiento fruto de la Ley Boyer, aquella que estableció en 1995 una moratoria de 20 años para que los negocios de renta antigua se adaptaran a la nueva situación. Al bar Noviciado la expiración de esta prórroga le llegó sirviendo pinchos de tortilla el pasado 1 de enero y aguantó otros siete meses más antes de clausurar su actividad definitivamente.

En el escrito de despedida, la dirección del negocio dedica unas palabras a su fundador, “el abuelo Darío”, que lo puso en marcha en 1946 en la entonces Calle Ancha de San Bernardo. También “para su hijo Luis, que quemó casi hasta el último cartucho de su vida regentándolo”. Los agradecimientos se hacen extensivos a todas las plantillas que pasaron por allí, a los últimos en llegar -Olga y Macario-, a empresas, clientes y al barrio en general. También hay un lamento en el texto sobre la deriva de la citada San Bernardo y la calle Noviciado, “otrora con el continuo trajín estudiantil, la universidad, la biblioteca y el mercadeo...” y que ahora afirman se han convertido en “vías de mero tránsito, sin vida”.

“El típico bar español”

Los clientes del Noviciado recordarán con ternura, sus bocadillos a dos euros, las cañas y vinos -todos con tapa- a buenos precios y los platos combinados -ninguno a más de cinco euros- que salían de su barra. Tampoco olvidarán el brillo del aceite que rodeaba su oferta gastronómica. El tercero de la generación familiar, Luis Ángel García que regentaba el local, definía así su negocio en un cortometraje documental de 2012 en el que participó: “Es un típico bar español, donde sirves cañitas, vinitos, tortillitas, pinchitos, bocadillos...

En la grabación, titulada La muerte del bar español y la invasión del plato cuadrado, obra de Ivar Muñoz y David Álvarez, el responsable de la cervecería cargaba a gusto contra las nuevas tendencias culinarias que se han abierto paso en Malasaña: “Puedes abrir un bar típico español, pero si quieres que te funcione tendrás que poner platos cuadrados. En esos sitios te pueden cobrar 20 euros por una ración de ibérico. Y aquí te puede costar 11, siendo el mismo jamón. Pero como el plato es cuadrado...”, se quejaba entonces.

Luis Ángel también recordaba en el documental algunos de los clientes que pasaron por allí hace tiempo, como el actor Fernando Esteso, Tip y Coll o cantaores como El chato de la Isla, pero se quejaba de que últimamente había gente que no entraba en su local por su aspecto: “Una cosa es que este bar sea viejo y otra que esté hecho una porquería. Este no está hecho una porquería”, se defendía. Aunque al final admitía que los locales de su especie tenían poco futuro frente a los más modernos: “Terminarán podiendo más ellos. Porque toda la gente que tiene bares antiguos, cuántos habrá que se jubilen y ahí se acabe su negocio”.

Verano negro de cierres hosteleros en Malasaña

La muerte del bar Noviciado se une esta semana a la del Chamizo, cuyo acuerdo de traspaso se cerró esta semana, y a la del Café Comercial, la cafetería más antigua de Madrid. Además, el Groovie se despidió hace unas semanas y otro histórico como el Estar Café se encuentra esperando el traspaso.

La renta antigua ya había acabado antes con decenas de locales en Malasaña, que no pudieron pagar la actualización de su alquiler fruto del fin de la prórroga de la Ley Boyer. Sí que sobrevivió sin embargo el bar Lozano, que logró negociar una renta razonable a principios de año. Solo este último y El Palentino quedan como testigos principales de una época y una forma de entender el tapeo y las cañas que va camino de ser historia en el centro de Madrid.

Pau

cutre cutre cutre....nunca invirtieron un duro en mejorarlo....vayan benditos de Dios...

Javier

Las causas del cierre de este local ha sido la renta antigua pero creo que en general para este tipo de bares no han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, no se trata de transformarse en esos nuevos bares, que como bien critica, te dan un plato cuadrado y te duplica el precio, sino de adaptar la imagen a una más moderna pero que mantenga lla esencia, es decir se queja de "que últimamente había gente que no entraba en su local por su aspecto" y es cierto que estará limpio pero no quita para que estén hechos polvos y todo local debe pasar por una restauración ya que llevan así 60-70 años sin un lavado de cara. En San Sebastian por ejemplo si pasas por sus bares tradicionales, en lo viejo, la mayoría están reformados y han mantenido la esencia tradicional. Es decir les ha faltado actualizarse manteniendo su esencia, ya que este tipo de bar si desaparece se echaran mucho de menos.
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