El Ayuntamiento protege las viviendas del centro de la amenaza turistificadora
Las instituciones madrileñas comienzan a reaccionar ante los problemas que está causando la turistificación en el corazón de la ciudad. La sustitución de vecinos por turistas en amplias zonas del centro de Madrid será a partir de este miércoles algo más difícil, gracias al cambio normativo que aprobará el Ayuntamiento para impedir la conversión de casas residenciales en edificios destinados por completo al turismo.
La modificación es compleja técnicamente pero sencilla en sus efectos: mediante una instrucción urbanística sobre el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid, el Ayuntamiento impedirá con carácter general el cambio de usos de un edificio -de residencial a hospedaje- en determinadas zonas de la capital, según el documento de la instrucción al que ha tenido acceso Somos Malasaña.
El cambio de normativa fue comunicado la pasada semana a entidades vecinales del centro de Madrid. Fue el propio delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, el encargado de hacerlo ante unos vecinos que valoraron la preocupación del Ayuntamiento por el problema de la turistificación y que reclamaban la necesidad de ordenar unos usos turísticos actualmente sin control en la ciudad.
Dos ejemplos concretos: Pez 21 y Valverde 4
Dos ejemplos concretos: Pez 21 y Valverde 4
Lo que impide esta interpretación de la norma es la creación de nuevos edificios de apartamentos turísticos a partir de edificios de viviendas. Una intención que tenían los propietarios de los inmuebles situados en Pez 21 y Valverde 4, quienes habían solicitado la tramitación de sendos planes especiales para modificar su uso y transformarlos en hospedaje. La petición ha sido frenada en seco por el área de Urbanismo y ambos edificios deberán ser destinados ahora a uso residencial. Esta nueva instrucción también imposibilitará que los cinco edificios que funcionan como apartamentos turísticos sin licencia en Malasaña puedan llegar a conseguirla.
Las zonas en las que se aplicarán estas restricciones son el casco antiguo de Madrid y las manzanas típicas de los antiguos ensanches, en los distritos de Centro, Chamberí, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamberí y barrio de Arguelles.
El cambio legal se resume en que, hasta ahora, los inmuebles que contaban con patios interiores (denominados técnicamente patios de manzana) podían esquivar el PGOU de Madrid para convertirse en apartamentos turísticos gracias a problemas en la interpretación de la norma, en concreto con las expresiones cambios de uso y cambios de clases de uso en algunas partes de su redacción, lo que provocaba cierta inseguridad jurídica a la hora de permitir o denegar actuaciones.
A partir de este momento, solo podrán admitirse cambios de clase de uso, siempre que se encuentre dentro de los compatibles permitidos por cada zona y por la normativa. En cuanto a los cambios de uso, solo se admitirán algunos de forma excepcional y siempre que sean autorizados por la comisión para la Protección del Patrimonio Histórico Artístico y Natural.
Calvo reacciona, la Comunidad sigue sin actuar
Calvo reacciona, la Comunidad sigue sin actuar
La medida tomada por Desarrollo Urbano Sostenible es la primera de una serie de actuaciones municipales centradas en ordenar el fenómeno de los apartamentos y viviendas turísticas, cuya irrupción en los últimos dos años está causando importantes problemas de convivencia vecinales e incluso una “burbuja” en los precios de los alquileres. La instrucción será presentada por Calvo y previsiblemente aprobada en la comisión de Urbanismo de este miércoles.
Aunque esta primera iniciativa atañe a los apartamentos turísticos y no a la vivienda del tipo Airbnb, fuentes vecinales y del Ayuntamiento indican que el próximo objetivo es actuar en ese ámbito, que se ha multiplicado en zonas como Malasaña o Lavapiés con más de 3.000 casas disponibles para turistas cada fin de semana fuera de toda regulación. Y también contra los citados cinco edificios de apartamentos sin licencia, a través de cambios legislativos y de disciplina urbanística para los que se está tomando como ejemplo a Barcelona.
Estas medidas “no tendrán el mismo efecto que si la Comunidad nos acompañara”, se lamentaba hace un mes el concejal de Centro, Jorge García Castaño, durante el Foro Somos Malasaña destinado a la vivienda turística. Aún así, el edil de Ahora Madrid creía que el consistorio tiene “el deber” de proteger “la función social de la vivienda que garantiza la constitución” y “de que en el mercado mande el PGOU y no AirBnb”, sentenció.
La turistificación y el modo de ordenar la creciente llegada de turistas a Madrid es uno de los temas del momento en la ciudad, protagonista de foros de debate y también de algunas de las propuestas de los Presupuestos Participativos, plataforma en la que un grupo de vecinos de Lavapiés y Malasaña piden la creación de una Oficina municipal para intentar controlar sus efectos más nocivos para la población local.
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