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Diez consejos para encontrar piso y vivir en Malasaña... y no morir en el intento

Plaza del Rastrillo, Malasaña

Adriana F. Alcol

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Llegué a Madrid hace más de siete años sin saber cuánto tiempo duraría mi aventura en la capital, así que lo único que tenía claro es que quería vivir en la zona centro, para depender lo menos posible del transporte público y poder ir caminando a todas partes. Mi primera opción fue Chueca - durante la época universitaria venía mucho a Madrid con mis amigas y guardaba un buen recuerdo de este barrio - pero finalmente una tarde, hartita de callejear y ver pisos que no me convencían, llegué de casualidad a la Plaza de San Ildefonso y me enamoré completamente del ambiente que se respiraba (era primavera, hacía un día precioso y pude conseguir mesa en una de las terrazas que por lo general suelen estar ocupadas desde que abren hasta que cierran). Decidí entonces que Malasaña debía de ser mi nuevo hogar y a los pocos días estaba haciendo la mudanza desde mi ciudad a esta nueva vida que me esperaba. Ahora bien, como en todas las historias de amor a primera vista, comenzaron a aparecer los primeros peros y para que tú no caigas en los mismos errores que cometí yo, he decidido escribir este artículo para todas aquellas personas que están pensando en mudarse a este barrio: diez consejos para vivir en Malasaña y no morir en el intento.

  1. VISITA MALASAÑA DE DÍA Y DE NOCHE. Un punto muy importante que debes tener en cuenta antes de alquilar un piso es que una misma calle vista por la mañana y de madrugada puede ser completamente diferente; el nivel de ocio nocturno lo podrás medir en función a las latas o botellas que encontrarás en el suelo a primera hora de la mañana, antes de que hayan pasado los servicios de limpieza. Aunque tener un piso exterior con vistas a los tejados de Madrid puede sonar muy bonito, a veces es mejor para tu descanso que tu habitación dé a un patio de vecinos o a una corrala.
  2. PASEA Y BUSCA CARTELES DE “SE ALQUILA”. Con las nuevas tecnologías nos hemos centrado en buscar pisos en alquiler solo en plataformas de internet o agencias, pero en este barrio puedes encontrar pegados en las ventanas carteles de “se alquila” que no están anunciados en la red. Algunas de las casas de Malasaña son propiedad de personas mayores que continúan utilizando métodos más tradicionales y prefieren alquilar sus viviendas a gente de confianza (amigos de vecinos, amigos de ex-inquilinos, etcétera). Además, en estos casos suelen mantenerse precios mucho más razonables, así que resérvate alguna mañana para recopilar números y concertar citas (eso sí, no es tarea sencilla, pero si tienes suerte, habrá merecido la pena).
  3. CONOCE Y PREGUNTA POR TUS VECINOS. A veces hay que ponerse un poco en el papel de “la vieja del visillo” y no quedarte con dudas acerca de cómo son tus vecinos para evitar llevarte sorpresas desagradables, como que organicen fiestas día sí y día también o que te toque en tu rellano un apartamento vacacional. Asegúrate de que tu entorno sea lo más tranquilo y agradable posible (que por el precio que pagarás en Malasaña, créeme que te lo mereces).
  4. PIENSA EN TU COMODIDAD Y NO EN LAS POSIBLES VISITAS. Cuando vives en el centro de una gran ciudad, descubres que 35 metros cuadrados - que posiblemente antes te parecían una miseria - se han convertido en una casa enorme; las viviendas en Malasaña son, por lo general, muy pequeñas, así que procura optimizar el espacio y no llenar los armarios de vajillas para doce personas o sofás cama que te hacen perder una parte de tu salón. Recuerda que en invierno tendrás que tener un hueco para guardar el ventilador y que en verano guardarás el radiador que te ha dado calor durante el invierno, así que ahí ya estarás perdiendo una zona bien hermosa de tu armario. Prioriza tus necesidades y las visitas, que aunque en un principio recibir a gente fin de semana sí, fin de semana también suene muy divertido, al final resulta agotador y un desembolso económico que no hay bolsillo que lo resista.
  5. ENCUENTRA TUS NEGOCIOS DE CONFIANZA PARA LA COMPRA DIARIA. Es importante que aunque vivas en un barrio plagado de turistas, ocio y locales que abren y cierran antes de que te dé tiempo a visitarlos, sientas esa sensación de hogar y hacer la compra semanal en los mismos lugares, donde si se te olvida la cartera puedas dejar a deber, te ayudará a sentirte como en casa. Aquí te dejo algunas recomendaciones que pueden ser de tu interés como la panadería La Diadema (calle Espíritu Santo nº 6), la frutería Andrea (calle Espíritu santo nº 22), la pescadería Hermanos Salvadores (calle Espíritu Santo nº 18), la Pollería Herrero (calle Espíritu Santo nº 7) o la farmacia de la calle Pez nº 9.
  6. Otro punto que a mí me resulta muy importante relacionado con esa sensación de barrio es que encuentres ESA CAFETERÍA en la que, sin necesidad de preguntarte a diario, ya sepan cómo tomas el café y la tostada (o el menú diario, si eres de esas personas que comes o cenas fuera de casa). Aunque Malasaña es un barrio en el que las 24 horas del día se respira vida, por momentos puedes llegar a sentirte muy solo (sobre todos si como yo vives lejos de tu familia) y el simple hecho de que alguien te llame por tu nombre y te pregunte qué tal te ha ido la semana, puede hacerte sentir como en el bar de tu pueblo, ¡qué sensación maravillosa! Si os puede ayudar hasta que encontréis la que más os guste a vosotros, entre semana una de mis cafeterías de referencia es El Bistró del Teatro (calle Pez nº 20) y los fines de semana el Vacaciones (calle Espíritu Santo nº 15), que aunque a simple vista pueda resultar muy enfocada al turismo, saben hacer que te sientas como si estuvieras desayunando en la mesa de tu cocina.
  7. En Malasaña además de poder descubrir a diario nuevos negocios de todo lo que se te pueda pasar por la cabeza, debes tener en cuenta situaciones mucho menos glamurosas pero que afectan al común de los mortales: en cualquier momento podrás necesitar ARREGLAR CUALQUIER DESPERFECTO DE TU CASA, así que pregunta a tus vecinos sobre alguien de confianza que pueda venir a arreglarte la cisterna o una persiana que se te ha roto y asegúrate también de saber dónde encontrar negocios que aunque de primeras no sean los que más te atraigan, podrán salvarte en muchos momentos. Aquí van algunas de mis recomendaciones: la ferretería Colón (calle Colón nº 7), copia de llaves El 22 (calle Hortaleza nº 22), DecorBoom (calle Fuencarral nº 55) por si necesitas pintar tu casa, barnizar las puertas o similares, la tienda de iluminación Ludory (calle Puebla nº 1), la Zapatería Martos (calle Norte nº 5) o arreglos de ropa en la calle Palma nº 40.
  8. APRENDE A TENER PACIENCIA. Has decidido vivir en un barrio en el que cada día vienen cientos de turistas, así que es muy probable que mientras tú vayas cargado con las bolsas de la compra o corriendo para llegar puntual a tu trabajo, encuentres una multitud parada frente a la pared de ojos de Tompai (calle Palma nº 18) esperando su turno para sacarse una foto u ocupando una acera entera mientras esperan su mesa para comer en el local de moda que sacan en todos los blogs de referencia de Madrid. Respira y piensa que aunque tú todo eso ya lo tengas muy visto, habrá quien lo esté disfrutando por primera vez con toda la calma del mundo.
  9. RESPETA LAS NORMAS DE RECOGIDA DE BASURAS. Sabemos que el ocio nocturno conlleva muchísimos residuos que por desgracia los vecinos nos encontramos nada más salir del portal, así que en la medida de lo posible trata de evitar añadir más residuos adicionales a nuestras calles e infórmate en la página del Ayuntamiento de Madrid acerca de la recogida de basuras, muebles, otros enseres o ropa. Además, en tu comunidad de vecinos te informarán del procedimiento a la hora de sacar la basura (aunque a algunos se les olvide y dejen sus bolsas apoyadas en los árboles a cualquier hora del día). Cuida tu barrio como si fuese tu hogar.
  10. ¡DISFRUTA! Me atrevería a poner la mano en el fuego si te digo que Malasaña no será tu hogar definitivo y que probablemente, tarde o temprano, llegue un momento en el que quieras algo más de tranquilidad y busques un “se alquila” o “se vende” en un barrio un poco más alejado del centro o incluso en otra ciudad más pequeña, pero vivir una temporada en el centro de Madrid es una experiencia maravillosa (con sus más y sus menos) que recordarás toda la vida, así que te animo a que exprimas estos años al máximo y aproveches para sacar partido a todo lo bueno que te ofrece: una amplia oferta cultural, gastronómica o de ocio, que harán de esta época una de las más bonitas de toda tu vida.

Malasaña es un barrio que enamora, pero como en todas las relaciones largas, pasarás por diferentes fases y espero que estos diez consejos te ayuden a hacer esta convivencia mucho más sencilla y llevadera.

Ana

He vivido aquí muchos años y ni yo misma hubiera hecho una descripcion mejor de lo que conlleva vivir en el barrio, con sus peros y su parte maravillosa. Solo te equivocas en una cosa; algunos tras pasar por la fase que tu dices de buscar un "se vende" en el extrarradio para tener más de 20 metros por 100 mil euros, no pudimos soportarlo y volvimos años más tarde. Es verdad que Malasaña enamora, será que en ningún otro sitio cada ventana siempre tiene un balcón con barandilla y cuando te vas no concibes una fachada sin balcones

estoesmalasana

Hola Ana, muchísimas gracias por leer mi artículo y comentar. Es verdad que también conozco a mucha gente que se va y vuelve (yo de hecho, sin ir más lejos, me fui un año y volví), lo que pasa que como buena gallega, últimamente me está viniendo

la morriña y pienso más que en otros barrios, en otras ciudades, pero sí, creo que luego echaría de menos esas fachadas con balcones. No se puede tener todo en la vida :)



Un abrazo,



Adriana.

Chirlo

Que no se olvide la ferretería de la calle Minas 2 (o 4). La recomiendo por encima de la de la calle Colón. A no ser que sea algo muy específico seguro que también tienen lo que buscas y el trato es un 200% mejor. Venden tornillos y demás articulitos por el estilo por unidades -cuando ya solo se ven "blisters"- y aconsejan en todo.

Negocio familiar del todo, sueles encontrar allí a la madre del dependiente, muy majos ambos. Que no tengan que cerrar!
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