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Lo que pierde València con la privatización del plan de El Grau: una residencia para mayores, 300 viviendas protegidas y un delta verde

Imagen virtual del PAI del Grau descartado por el PP, con el delta verde junto al cauce del río y el circuito biosaludable por el trazado de la Fórmula 1.

Carlos Navarro Castelló

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La comisión de urbanismo del Ayuntamiento de València aprueba este miércoles la privatización de la gestión del programa de actuación integrada (PAI) de El Grau, cuyo suelo es propiedad en su mayoría de la promotora Atitlan, a través de la sociedad Nuevas Actividades Urbanas (NAU).

Hasta ahora era la empresa municipal Aumsa la que estaba sacando adelante del desarrollo del PAI. De hecho, el anterior equipo de Gobierno municipal de Compromís y el PSPV aprobó el 4 de mayo del pasado año, a escasas semanas de las elecciones municipales, el inicio de la evaluación ambiental del nuevo planeamiento por un periodo de 45 días. Con la llegada del ejecutivo del PP y de Vox, con la alcaldesa María José Catalá a la cabeza, se dejó caducar el trámite, por lo que vuelve a cobrar vigencia el planeamiento del año 2010 impulsado por la exalcaldesa Rita Barberá. Además, el Ayuntamiento cederá la gestión de la urbanización a los propietarios del suelo.

¿Qué pierde la ciudad con este cambio de la gestión directa del Ayuntamiento a la indirecta por parte de empresas privadas? Si se compara la distribución de los 316.386 metros cuadrados de superficie computable del PAI de 2010 al que ahora han vuelto el PP y Vox con el de 2023 que tramitaban Compromís y el PSPV, se pierden fundamentalmente zonas verdes y peatonales en beneficio de viales asfaltados, además de vivienda pública y dotacional, se pierde también superficie de terciario en los bajos de los edificios, así como una residencia de 100 habitaciones para personas mayores.

En primer lugar, el plan que ahora impulsan el PP y Vox descarta la renaturalización del circuito urbano de Fórmula 1, que se reconvertirá en viales, pierde más de 2.000 metros cuadrados de zonas verdes (de 162.156 a 159.725) y otros 35.000 metros de espacios peatonales, la mayoría porque con Compromís y el PSPV se proyectó una prolongación de la Alameda peatonal con el objetivo de cerrar un delta verde conectado al Jardín del Túria y al futuro Parque de Desembocadura. Además, no se preveían torres de viviendas en ese delta. Con el plan que ahora cobra vigencia habrá tres torres de 25 alturas incrustados en pleno enclave.

En cuanto a la previsión de vivienda, el proyecto impulsado por la derecha y la extrema derecha incluye la construcción de 2.550 viviendas, de las cuales 450 serán de protección pública (un 17%). La versión del PAI presentado por la socialista Sandra Gómez preveía 3.000 viviendas, de las que 750 serían públicas y dotacionales para alquiler asequible (un 25% del total), es decir, 300 más.

Por último, la superficie de uso terciario se reduce también de 112.948 metros cuadrados a 94.915 metros cuadrados, una iniciativa con la que el anterior ejecutivo perseguía fomentar la instalación de empresas innovadoras en los bajos de los edificios residenciales teniendo en cuenta el polo de atracción que supone la cercanía de la Marina de València.

Tal y como comentó Gómez, el Partido Popular va a mantener el planeamiento aprobado hace 14 años en el PAI del Grau, renunciando a la modificación de planeamiento iniciada por el anterior ejecutivo progresista para adaptarlo a la desaparición del circuito de F1, que se reconvertía en un paseo biosaludable, a la Agenda 2030, a la perspectiva de género y a la necesidad de vivienda y suelo terciario que tiene la ciudad.

“La incapacidad de gestión de Català hizo que en julio de 2023, fecha tope para aprobarla, dejara sin aprobar la evaluación ambiental de un cambio de planeamiento que incluía un gran delta verde que lo conectaba con el Jardín del Turia, más de 700 vivienda públicas adicionales de alquiler asequible, y un aumento del suelo terciario para que empresas se puedan instalar junto a la Marina. Hoy, en lugar de retomar de nuevo la modificación, decide retroceder 14 años volviendo al planeamiento de 2010” dijo la portavoz.

Desde Compromís han denunciado que Catalá “se carga” el delta verde del barrio del Grau: “De toda una zona verde y de disfrute ciudadano que daba continuidad al jardín del Turia y al futuro parque de desembocadura se pasa a una zona por donde ahora también habrá tráfico de coches, destrozando esta idea de una zona de paseo completamente verde y fuertemente resiliente al cambio climático”.

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