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Precinto de tres locales en Malasaña y campaña de control a las barras de degustación

Cartel anunciando el cierre del Pad Thai Wok | SOMOS MALASAÑA

Diego Casado

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El plan de choque puesto en marcha por el Ayuntamiento para intentar mejorar la convivencia en Malasaña se ha saldado con tres locales precintados por ejercer una actividad para la que no tenían licencia. Los cierres, todos de locales relacionados con la hostelería, es la punta del iceberg de una campaña de inspecciones más amplia ejercida sobre 14 locales relacionados con la hostelería, algunos de ellos con barras de degustación. Otros cuatro de ellos ya van camino de ser también sancionados.

Aunque el consistorio no ha informado de los nombres de los locales investigados y precintados, el periódico Somos Malasaña ha podido averiguar que uno de estos espacios ilegales es el restaurante tailandés de la Corredera de San Pablo, el Pad Thai Wok, que fue cerrado la pasada semana por orden municipal después de llevar varios años operando de forma irregular. Un cartel de “cerrado temporalmente por reforma” es la única información que aporta a los viandantes este lugar.

El local albergó en su momento el Centro de Innovación de Ballesta (Ciball) y fue vendido durante la etapa de Ana Botella como alcaldesa. Poco después pasó a albergar el citado local sin licencia, como denunció hace más de tres años la asociación vecinal Acibu. Aparte de las condiciones de la venta de este espacio público en su momento -el local se enajenó por 180.000 euros frente a los 350.000 euros que hubiera costado a precios de mercado- a los vecinos les enervó que el espacio antes municipal fuera dedicado a una actividad hostelera de la que Malasaña anda sobrada y prohibida sobre el papel por la Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE).

Otro de los locales afectados por el precinto ha sido el Allo Pizza de la plaza San Ildefonso. El establecimiento de comida rápida, dado de alta como barra de degustación, no contaba tampoco con la licencia correspondiente para ejercer su actividad y colocó varios carteles de Cerrado por reforma por encima de la notificación municipal, tapándola parcialmente.

Días después, el lugar se ha puesto de obras y ha desaparecido todo rastro del precinto oficial, así como también de las losetas de mármol que cubrían la fachada del local.

El tercer local afectado por un precinto es la sala Ritmo y Costumbres, también en Corredera, que funcionaba como after hours y ha sido objeto de varias redadas policiales por exceso de aforo. Nada parece indicar a día de hoy su cierre desde el exterior, más allá del estado de deterioro que ya presentaba cuando estaba abierto:

Para volver a seguir operando, estos locales han de subsanar las irregularidades señaladas por la Agencia de Actividades del Ayuntamiento, que no se han hecho públicas. Fue lo que sí hizo otro after hours del barrio, el situado en la calle Jesús del Valle, que fue precintado hace casi un año pero que actualmente vuelve a operar de forma aparentemente legal.

“Otros cuatro locales seguirán siendo objeto de seguimiento por Policía Municipal y la Agencia de Actividades para comprobar si ejerce una actividad de hostelería disponiendo únicamente de titulo como comercio con barra de degustación”, informa el Ayuntamiento a Somos Malasaña. Una ley que impide abrir nuevos bares y restaurantes

Estas medidas se enmarcan dentro de las actuaciones a las que el Consistorio se ha comprometido con la plataforma ciudadana SOS Malasaña, quien exige respuestas ante los distintos problemas que afectan a la zona. Desde el año 2012 rige en muchas zonas del centro de la ciudad, como Malasaña, la prohibición expresa de abrir nuevos locales de restauración, instaurada a partir de la aprobación de la ZPAE, pero estos han seguido apareciendo acogiéndose a la declaración responsable, que les permite abrir sin licencia hasta que aparece la primera inspección municipal y camuflando su actividad como pastelería, repostería, churrería o heladería con barra de degustación.

Esas barras de degustación son, en realidad, coladeros que sirven para burlar la ley, algo que sistemáticamente han venido denunciando tanto las asociaciones de vecinos del barrio como los hosteleros legalmente establecidos, que hablan de competencia desleal. Aunque a principios de la presente legislatura el Ayuntamiento promovió una serie de reuniones semanales con vecinos de distintos barrios para actuar contra aquellos locales susceptibles de operar sin licencia, lo cierto es que todo aquello quedó en nada hasta que ahora parece haberse activado.

Pese a las actuaciones citadas se siguen abriendo locales de hostelería en el barrio como barras de degustación. El último de ellos, Casa28, un espacio en la calle Espíritu Santo que había sido carnicería tradicional y donde últimamente abrió una tienda de moda. Tras una profunda restauración ha reabierto como charcutería con mesas al fondo del local, donde también se sirve vino y hay instalada una barra con grifos de cerveza.

Vamos Bien

La estrategia habitual, mientras llega la orden de cierra han podido pasar varios años de actividad y ganancias. Y cuando por fin les llega la orden, cierran y les toca "reconvertirse" en otra empresa... y vuelta a empezar. Lo mas curioso es que estos "listos" suelen ser siempre los mismos "Sospechosos habituales".

Adivino

Y buensaña ( antiguo gym) calle Espiritu Santo para cuando?

pipom-pom

Hace tiempo que reabrió Alló Pizza y, si es verdad que lo cerró el Ayuntamiento, las risotadas que escuché ese día debían ser de los dueños del negocio
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