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Cierra uno de los agitadores culturales de las noches de Malasaña
El Bukowski Club ha echado el cierre. Las pioneras jam sessions de poesía y de relatos que semanalmente ocurrían en este diminuto espacio de la calle San Vicente han tocado a su fin. Muere el bar, nace el mito. José Naveiras, uno de sus habituales, recuerda literariamente lo que dio de sí un lugar-propuesta que ha abierto puertas... y mentes.
El Bukowski Club ha echado el cierre. Las pioneras jam sessions de poesía y relatos que semanalmente ocurrían en este diminuto espacio de la calle San Vicente han tocado a su fin. El que fuera indispensable agitador cultural de las noches de Malasaña ha pasado a engrosar la lista de locales míticos del barrio desaparecidos.
El Bukowski abrió camino en Madrid y hoy, gracias a él y sin movernos de Malasaña, podemos disfrutar de una oferta similar en locales como Los Diablos Azules (Apodaca 6) o Bella Ciao (Amaniel 22) -heredero oficial de las noches poéticas de micro abierto de los miércoles 'bukowskianos'-. No, Malasaña no se queda sin literatura en los bares pese a esta gran pérdida e, incluso, otras novísimas propuestas que siguen la estela de unir letras y noche, aún se están cocinando en lugares como el recién llegado BarCode32 (Barco 32) o la resucitada Fuentetaja (San Bernardo 35). Seguirán flotando poemas disparados en jams en espacios llenos de alcohol -ya sin humo-, aunque esos espacios ya no llevarán el nombre del célebre y maldito escritor estadounidense.
José Naveiras, escritor, fotógrafo, editor y unas cuantas cosas más, fue un habitual (y a veces protagonista) de las noches del Bukowski Club, más de las primeras que de las últimas. A él le corresponde despedir literariamente al bar.
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