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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Cántaro blanco, frescor lácteo

Yogures_Cántaro Blanco

Malasaña a Mordiscos

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Mi último artículo, o lo que sea esto que escribo, hasta el primer domingo de septiembre quería que fuera ligero y fresco. Pensé en Lolo, Polos Artesanos, que es uno de los frescos del barrio y tiene una oferta curiosa, pero ya se ha hablado bastante de ellos. Así que me decidí por Cántaro Blanco*

, una tienda con un concepto muy original, de apertura reciente (unos 4 meses), donde puedes disfrutar de productos lácteos artesanales de primera calidad y frescos, frescos para este verano infernal que estamos sufriendo en Madrid. No lo veáis como el típico establecimiento modernito con oferta cool, por favor, no me seáis prejuiciosos. A mí me parece que la propuesta de este sitio es estupenda, retoma la antigua tradición de las lecherías pero con un mayor conocimiento de causa, con packaging sostenible (como antes, reutilizando envases) y con una estética de acuerdo con los tiempos que corren.

Para acompañar esta idea de ligereza veraniega, aquí os dejo esta bonita canción de Bigott.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=EPKng_Wz1ks&w=560&h=315]

Este establecimiento, todo muy chulo, muy blanquito, como la leche misma, presenta zona para tomarse algo in situ, yogur, horchata fresca, batido, granizado, café o infusiones y, luego, tienen gran número de derivados lácteos y otras cositas para llevar.

Me llamó especialmente la atención una esquina del local donde se despacha leche fresca a granel. Puedes llevarte tu propia botella para rellenar o comprar una botella vintage allívintage (0,60 €). 1 l de leche fresca cuesta 1,10 € y te ofrecen también versión 1,5 l (1,65 €), 3 l (3 €) y 0,5 l (0,60 €), según tus necesidades o apetencias. A mí me parece una grandísima idea eso de reciclar la botella y no usar y tirar sin parar, estamos acabando con todo... Y también me parece excelente ofrecer leche fresca, elaborada lo necesario conforme a la normativa sanitaria, es decir, hervida a 74 ºC, pero sin tratamientos extra para mayor conservación, como la uperización (someter a la leche a vapor, hasta alcanzar 150 ºC), que añaden sabor (del malo) y quitan microorganismos (de los buenos). Esta leche se conserva en la nevera durante 6 días y es algo totalmente diferente a lo que compras en el supermercado. ¡Aplaudo la iniciativa!

A parte de la zona láctea tienen también mermeladas artesanas (algunas de sabores originales, como zanahoria y naranja), horchata, concentrado para realizar horchata, miel y dulces para un desayuno de 10.

Entre su oferta, se encuentra también una sección toda ella dedicada al yogur de leche fresca. Te puedes llevar packs de 4 tarros de yogur de cristal por 4 euros y 6 por 6 euros.

Y para acompañarlos ofrecen todo tipo de toppings: frutas deshidratadas, M&Ms, frutos secos, miel…

M. se decidió por una tarrina de yogur y un topping de M&Mstopping (1,25 €), que probamos en casa. Estaba muy guapito presentado pero en el camino hacia casa los M&Ms se fueron hundiendo un poco en la miseria, ¿qué se puede esperar con este calor? El yogur, exquisito, suave, delicado, con la acidez en su punto, una ricura. El topping de M&Ms a mí no me parece de lo más adecuado para un yogur pero a M. le gustó. Yo, por mi parte, pedí un batido de chocolate (2,90 €). La persona que atendía (Adrián socio, junto a Nacho, de este local) me preguntó si leche entera, semi o desnatada, escogí desnatada porque, como bien sabéis, a mí me gusta que el batido de chocolate sepa a chocolate, la leche es importante, pero no debe prevalecer sobre el chocolate. Como veis en la foto, en el trayecto hasta casa la espuma del batido se había esfumado, lo cual es normal, aunque el camino no sea muy largo, pero el sabor a chocolate permanecía intacto y, también, el gusto a leche, a leche fresca, a leche rica, nada de esa leche rancia que se encuentra, a veces, en batidos tristes. Me resultó muy sabroso, aunque le faltara la textura “aireada” de la espuma.

Además, nos compramos una tarrina de 175 g  de queso cremoso ecológico de la marca Casa Grande de Xanceda (2,70 €), ¡qué ricura! Textura suave, delicada, matiz ácido perfectamente controlado, una maravilla, ¡esto sí que es un queso cremoso de untar! Debéis abandonar ya vuestra (mala) tendencia al queso de untar que empieza por P y acaba por A. Este está bien de precio y la diferencia de sabor y textura es abismal.

También cogimos horchata ecológica de la marca Terra i xufa (3,30 €), nada que ver con la tremendamente dulzona que venden en la mayoría de los supermercados. Esta sabe a chufa, como debe ser, y tiene el nivel de azúcar adecuado para resaltar dicho sabor. Es rica, especialmente bien fría.

Y, para finalizar, M. escogió un flan de chocolate blanco de La Ermita de San Pedro (1,40 €); nada destacable, textura entre flan y yogur y poco sabor a chocolate blanco.

Los Humberts parece que vinieron a casa con la compra. Humbert I le comenta a Humbert II, con todo lujo de detalles, el viaje que va a hacer a un país exótico. Humbert II se molesta en mostrar interés por algo que le aburre tremendamente. Humbert I me dice con aire condescendiente: “¿y tú?, ¿tú te vas de vacaciones?”. Le respondo “no sé, aún no sé”. “Es bueno irse de viaje, yo he estado en casi todo el mundo y es muy enriquecedor”, dice ufano Humbert I. “Me alegro mucho por ti. Sería bonito que supieras medirte y medir a los demás y dejar de dar consejos paternales e infantiles”, le respondo con media sonrisa de lado. “No te entiendo”, comenta Humbert I algo perplejo. “Si no me entiendes es que has viajado como una maleta, no te ha servido de mucho, solo para el desgaste”, sonrío de nuevo de medio lado. “Eres un rara y una borde”, me dice ya enfadadísimo. “Sí, lo que tú digas”, le digo sintiéndome superior por un instante. Luego viene el bajón y el pensar en la de idioteces que uno dice y tiene en la cabeza, y vuelve el pensar para qué hace uno las cosas y, entonces, deseas mantenerte inmóvil, sin hablar, sin escribir, solo mirando al techo.

Me gusta eso de que en el recibo se despidan diciendo “Milk gracias”Milk.

Esta tienda debería ser un referente en el mundo de los lácteos malasañaseros: su propuesta es sana, original, variada, sostenible y barata, ¿qué más se puede pedir? Ojalá que, gracias a su oferta, retomemos la buena costumbre de reutilizar envases y de disfrutar de leche y derivados bien tratados.

Bueno, espero que disfrutéis, que me echéis un poquito de menos en agosto, que volváis al redil en septiembre y que si tenéis algún consejo, sugerencia, condolencia (?) o lo que os parezca para mejorar esta sección me lo transmitáis a través de un bonito comentario.

* Buff, escribí este artículo hace unas dos semanas y justo el 24/07/2015 publica El Comidista un artículo sobre este establecimiento, rabiosita me hallo.

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