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Hoy tuve un sueño… El pendón palmero se quedará en la vitrina

Cueva de Carías de Santa Cruz de La Palma.

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Hoy tuve un sueño…El pendón palmero se quedará en la vitrina. Sueño que un día, las futuras generaciones de esta isla de La Palma no renieguen de su historia, no renieguen de su identidad, y el ‘sagrado’ pendón de la conquista castellana deje de salir en santa procesión para recordar la derrota del pueblo aborigen.

En Las Palmas de Gran Canaria desde los años 80 del siglo pasado, y ante las manifestaciones de su pueblo, dejó de pasearse el trapo en procesiones. Y, posteriormente, en el siglo XXI, en las ciudades de San Cristóbal de La Laguna y Los Realejos, también se abandonó la escenificación de esta función tan esperpéntica en una sociedad democrática, tolerante y rica en cultura como la canaria.

Un pueblo que se precie, que se sienta seguro y orgullo de su identidad, no puede tolerar que sus autoridades, civiles, militares y religiosas, cual hace 500 años, sigan faltándole el respeto a su historia, y participando consciente o inconscientemente en la labor de la negación de sus raíces populares. 

El artículo uno del Estatuto de Autonomía viene a decir que “el autogobierno del pueblo canario se funda (…) en el desarrollo de una identidad política propia, aparejada a una concepción especifica de la historia, la cultura, el habla y las costumbres de las personas que habitan en el Archipiélago”. Sin embargo, en Santa Cruz de La Palma, los de arriba, los de siempre, siguen proyectando sobre la sociedad ‘un apagón’ sobre su pasado aborigen. Es el tiempo, es el ahora, es el momento de aplicar y desarrollar este artículo para erradicar tamaño despropósito y sembrar el conocimiento de nuestra cultura en toda su extensión.

Por las venas de la gran mayoría del pueblo palmero corre sangre indígena. En cada barranco, zonas costeras, cumbres, pagos y nuevas localidades se preservó la cultura aborigen, a pesar de los intentos de algunos por enterrarla. Por ello, tenemos que visibilizar nuestra historia que tiene una antigüedad de 2.000 años, no solo es la historia de los últimos 500 años.

Una tierra como la palmera no elimina ni pisotea su historia. Ningún pueblo ensalza su conquista y aculturación. No se le puede cercenar a un pueblo su derecho al desarrollo con identidad. El Gobierno de Canarias ha puesto en marcha el programa ‘Identitaria Canarias’ (1) dentro de un marco orientado a la reflexión sobre la identidad canaria, pero cuando miran hacia La Palma, hacia ese absurdo acto del paseo del pendón, parece que el ojo se les ha quedado tuerto.

Estas generaciones de palmeros que viven en una etapa democrática podrán llevar sobre su conciencia el no haber sido capaces, con valentía y arrojo, de enviar el pendón a la vitrina. O quizá no y, este próximo miércoles tres de mayo, se sumarán a la historia de otros pueblos de Canarias que encerraron el pendón en las vitrinas, acercándose a la Plaza de España de Santa Cruz de La Palma para tocar los bucios ante unas ‘autoridades’ que desconocen los cambios que se han producido con el paso del tiempo en la sociedad; que desconocen la historia y el valor de los palmeros y las palmeras.

*Artículo firmado por Carmen García Martín, José Luis Hernández Martín y Álvaro Martín Corujo, miembros del Secretariado del STEC-Intersindical Canarias

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