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Calle del Dos de Mayo: puro barrio de Maravillas

Luis de la Cruz

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Entre San Vicente Ferrer y la plaza del Dos de Mayo corre cuesta abajo, adoquinada, esta calle, que comparte nombre con la plaza más conocida del barrio. A su paso la atraviesa también la parte alta de la calle de la Palma, que dibuja la linde a partir de la cual la vía se convierte en peatonal. La del Dos de Mayo recibe su nombre actual (hasta 1840 era de San Pedro Nueva) obviamente de los hechos de 1808, como la plaza.

Hoy la calle muestra un aspecto algo menos acogedor de lo habitual, puesto que la iglesia y un par de edificios más de la misma acera están andamiados, en pleno proceso de puesta de bonito.

Como curiosidad, a principios de los ochenta se barajaron ideas para la remodelación de la plaza que incluían colocar el arco del cuartel de Monteleón –actualmente en el centro – a la entrada de la calle, con las estatuas una a cada lado de la plaza. Toda una deconstrucción, antes de los tiempos de la cocina creativa, que no se llegó a efectuar, aunque hay que recordar que esa era la ubicación original del arco cuando era puerta.

En la calle estuvo la en tiempos popular lechería de los Colmenarejo. La niñera que trabajaba en la familia de los lecheros se convertiría andando el tiempo en quien regentara, junto con su marido, el establecimiento: Maruja, la abuela Maravillas, organizadora de las Fiestas Populares del Barrio de Maravillas y toda una institución en Malasaña. En su día tuvimos la suerte de compartir conversación con esta encantadora octogenaria, historia viva del asociacionismo vecinal madrileño. Hoy la Granja Flor de Mayo, de colorida portada y letrero de espejo pintado como los de antes, luce, tras vidas posteriores, el cartel de se alquila.

Otros comercios tradicionales poblaron la calle alguna vez y hoy sólo habitan ya en los recuerdos de los vecinos más veteranos, como la Fábrica de patatas fritas. Han venido a sustituirlos un bar garagero , un local de pizza para llevar, o La Tortuga Feliz, local de reiki, tarot o varitas mágicas, que suele organizar sesiones colectivas de yoga en la plaza los lunes y por donde los niños se pasan en busca de polvos mágicos

La que tiene una presencia destacada en la calle es la música, merced a la Escuela de Música Creativa de la Palma, que además de en dicha calle tiene locales aquí. La escuela lleva desde 1985 (al barrio llegaría 10 años después) buscando el reconocimiento de la música moderna en la enseñanza, con una actividad frenética. Esta semana, sin ir más lejos, está dedicada a los Beatles.

La Iglesia de San Justo y Pastor y Nuestra Señora de las Maravillas

Heredera de la vieja parroquia de los Santos Niños Justo y Pastor, que estuvo donde hoy está la basílica de San Miguel y que ya se cita en el Fuero de Madrid en 1202, se traslada en el XIX a la vieja Iglesia de las Maravillas,que era la iglesia del convento de Carmelitas del mismo nombre que ya no existe y que ocupaba todo el solar del edificio colindante con la iglesia en la calle de la Palma, el actual colegio Pi i Margall y parte de la plaza del Dos de Mayo.

La iglesia se contruyó, según la tradición, a instancias de Felipe IV (se inauguró en 1647), que estaba muy agradecido a la virgen, a la que consideraba culpable de sobrevivir a un atentado en la calle del Espíritu Santo. La realidad es que se desconoce quién la construyó. Hay que advertir que aunque el templo es barroco, la portada, del siglo XVIII, es neoclásica.

En el interior se haya la imagen de Nuestra Señora de las Maravillas, copia del siglo XX de la anterior imagen, que fue destruida durante la Guerra Civil (y que a su vez era ya copia de la que se llevaron las monjas cuando se fueron en 1868). Contiene además otros tesoros de mayor interés artístico, como un San Sebastián de Carreño, óleos de Francisco de Zurbarán o un Van Dyck.

La adoración de la Virgen de las Maravillas tiene una historia larga y llena de avatares. En el siglo XVII una mujer piadosa, Ana María del Carpio, compró una vieja imagen del XIII en una ermita rural de Salamanca. La fama de la imagen y sus presuntos méritos milagrosos fueron creciendo y la mujer la donó al recién nacido convento de Carmelitas en la calle de la Palma (1627). La virgen fue presentada en sociedad un 2 de febrero en este convento y desde entonces esta es la fecha en que se celebra esta advocación.

Situado en el último tramo, con el arco de Monteleón enmarcado a la vista por los muros de la callecita, uno tiene la sensación de asistir en palco privilegiado al transcurrir de un barrio que fue - el de Maravillas - y uno que llegó hace tiempo, el de Malasaña. Con sus niños a la salida del colegio, su iglesia y sus modernos con galgo.

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