Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Calle de Manuel que fue... ¿quién?

Luis de la Cruz

0

Cuesta trabajo creer que exista en el Madrid de los nombres altisonantes una vía que se llame así: simplemente de Manuel. La pequeña y solitaria calle nace de la Plaza de Cristino Martos y llega hasta la Travesía del Conde Duque. Siendo estrictos, la calle de Manuel no pertenece administrativamente al barrio (es ya Argüelles), pero es por fisonomía y por historia pequeño apéndice de la zona de Conde Duque.

La calle aparece dibujada en el célebre plano de Teixeira (1656), aunque sin nombre, que ya aparece en el de Espinosa (1769). Se tiene noticia de que pudo ser conocida también como calle del Jabón, aunque este nombre sólo aparece consignado en el plano del paisajista Chalmandrier de 1761 .

La tradición y las leyendas madrileñas hablan de un joven de fuerza asombrosas y gran bondad en el siglo XVII (hay versiones que incluso especifican el año: 1626). Manuel, claro. El joven estaba al servicio de unos estudiantes irlandeses que vivían en la calle. Manuel salió un buen día a los bosques que por entonces eran contiguos a la zona y vio a una hortelana perseguida por un lobo, ante lo cual el joven se fue hacia el animal y lo mató de un garrotazo, echándose después a la moza a hombros y entrando con ella a la ciudad, lo que convirtió a este Manuel en celebridad local.

Hay algunas versiones que hablan de que Manuel servía en el colegio de los Irlandeses (San Patricio), fundado en Madrid por Theobald Stapleton en la calle del Humilladero. La institución permaneció hasta la Guerra Civil Española. Otras adornan la figura del joven, que ahuyentaría a los ladrones que campaban por las noches en aquellas zonas solitarias.

Finalmente, al margen de los detalles de cada versión y su verosimilitud, la historia nos habla del paso del barrio de zona rural y boscosa a puebla y entono urbano.

Hablamos con una pareja del barrio. Ella nos cuenta cómo el “callejón” era utilizado hace unos años por los amantes furtivos para ocultarse. Él – que la mira atónito- no lo recuerda, sin embargo habla de un lugar solitario, como en las leyendas de Manuel, y nos dice que en la calle nunca hubo mucho comercio, pero que recuerda “haber estado en el gran patio de las corralas de la calle, que habían sido cocheras de carruajes de palacio tiempo antes”. Se refiere a las casas de corredor que aún hoy se pueden observar al final de la calle, en las que vivían los empleados de palacio.

La calle de Manuel es calle de trasera a todas luces. En el horizonte la pared lateral, oculta al paseante común, del Cuartel del Conde Duque; a vista izquierda la tapia que da paso a las posesiones del Palacio de Liria; y en la propia calle encontramos la puerta trasera de algún negocio de la calle Conde Duque. Poco más que esto y quietud a un paso de Princesa.

Etiquetas
stats