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Plazas de ayer versus plazas de hoy: ¿cualquier tiempo pasado fue mejor?

Somos Malasaña

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Cierto tipo de cine, pasado el tiempo, puede convertirse en documental sin habérselo propuesto en su día y dar testimonio visual, por ejemplo, de cuán distintas son las plazas del Madrid de hoy de las del Madrid de 1965, fecha en la que una secuencia de la película 'El mundo sigue', de Fernando Fenán Gómez, nos muestra una plaza de Chueca difícil de reconocer en la actualidad: con tierra, grandes árboles y niños jugando en ella.

El mundo sigue, de Fernando Fernán Gómez (1965) por MatuschekMatuschek

La aparición de plazas duras en el centro de Madrid fue una constante durante la era Gallardón en la alcaldía. A cada remodelación, granito al canto: menos árboles, menos sombra, menos bancos, menos espacios infantiles y, en consecuencia, menos invitación al disfrute ciudadano de esos esenciales espacios de encuentro vecinal.

En Malasaña, Soledad Torres Acosta es el ejemplo más claro de esa tendencia a hacer 'solares de cemento' de la marca 'Ayuntamiento de Madrid'. Son reformas que, en la mayoría de las ocasiones, no fueron del gusto de los vecinos, hasta el punto de que el hoy ministro de Justicia no quiso inaugurar el cambio de imagen de la citada plaza de la Luna (Soledad Torres Acosta), incluso estando en vísperas de las elecciones municipales de 2007,  en previsión de que la fiesta pudiera acabar en entierro, una vez visto cómo los habitantes de la zona habían recibido a la nueva plaza fruto de un pretendido proceso participativo en el que a los vecinos, si bien se les pidió opinión, no se les escuchó en lo más mínimo.

Una oportunidad para ver si la tendencia de plaza gallardoniana se perpetúa o no en el proceder en el Ayuntamiento vamos a tenerla en la próxima actuación sobre los Jardines del Arquitecto Ribera. Hoy, martes, la plataforma ciudadana Vecinos Haciendo Jardines se reúne con el concejal del distrito Centro, David Erguido, para formar una mesa de trabajo, junto con técnicos del Ayuntamiento, de la que salga una propuesta de diseño del futuro espacio de los citados jardines, de donde en breve debería desaparecer la estructura temporal que durante más de cuatro años ha cobijado a los comerciantes del Mercado Barceló, en tanto que duraban las obras de edificación de su nuevo edificio.

La plataforma ha dejado bien claro a los responsables municipales que lo primero que quieren es que se desmonten todos los pentágonos comerciales que hoy ocupan la superficie de los jardines, para después consensuar un proyecto de plaza, con zonas verdes, que sea expuesto al dictamen de los vecinos de los barrios de Justicia y Universidad antes de su construcción.

En paralelo a la pelea de esta plataforma, la pasada semana, otra iniciativa vecinal en el área, la de la Asociación de Vecinos de Chueca, iniciaba una recogida de firmas para tratar de humanizar más las plazas de su entorno, solicitando que en ellas se instalaran más áreas infantiles y menos terrazas. Su reivindicación se centra en lograr la colocación de columpios en las plazas de San Gregorio y en la del Rey. Su argumento: hay un censo de 1.200 niños menores de 12 años en la zona y necesitan más espacios para jugar.

Luna (Soledad Torres Acosta), Barceló (Jardines del Arquitecto Ribera), Chueca, San Gregorio, Del Rey... Son toques de atención a los responsables municipales sobre el tipo de plazas que buena parte de los ciudadanos desean, pequeños tirones de oreja a quienes les gobiernan, por si estos los quisieran atender.

En otra plaza del barrio, la de San Ildefonso, hace tiempo que ya no rueda un balón de fútbol, ni patinetes ni bicicletas. Las sillas y las mesas de las terrazas, con y sin licencia, de los establecimientos hosteleros de los alrededores tienen tomado su duro suelo. En la plaza del Dos de Mayo, misteriosamente ,y de tanto en tanto, desaparecen bancos y se sustituyen por asientos de pago.

Volviendo a la película de Fernán Gómez, cabría preguntarse si, ciñéndonos a la temática que nos ocupa en este artículo, cualquier tiempo pasado fue mejor.

Paco

En la película de Fernán Gómez se puede ver cómo han cambiado otros rincones del barrio, como la Plaza de Juan Pujol.



En El Cochecito, de Marco Ferreri(1960), hay una escena en la que desde una ventana abierta se puede ver una plaza en donde la gente, en un momento dado, desaparece bajo tierra. La toma está hecha desde la Casa Regional de León (Calle del Pez) que hacía las veces de casa del gran Pepe Isbert. La plaza era la de Carlos Cambronero, que debía tener un urinario público subterráneo en su centro.



Más conocida es la vista de la plaza de los Mostenses que se ve en la película El pisito (1959), también de Ferreri. Bueno, en realidad sólo se ve una pequeña porción de la plaza. Gran parte de la película está rodada en una de las casas que derribaron para construir los edificios que ahora cierran la plaza por el norte y que aparte de ser estéticamente ramplones (siendo generosos), generan unos problemas urbaníticos importantes.



Otra plaza que ha salido numerosas veces en el cine es la de España, que tiene de todo: monumentos de calidad, árboles, plantas, fuentes, bancos de los de antes, césped, un entorno arquitectónico por momentos sobresaliente. Sólo le falta un ayuntamiento que la cuide y respete y que no se dedique a humillarla como ocurre ahora, haciendo que parezca más un zoco de tercera que una plaza urbana de calidad.

Julia

La refomra de la plaza de la Luna fue un despropósito. Hay que reconocer que el entorno de Tribal ha mejorado MUCHÍSIMO, eso no es lo que era, aunque falta mucho ya se puede andar por ahí tranquilamente y la imágen del barrio es otra. Otra reforma horrible fue la de la Plaza de Santo Domingo. Callao y Sol sí creo que deben ser plazas duras por su característica de ser lugar de paso, ágoras de la ciudad.



Eso sí...Además de un Ayuntamiento que "cuide y respete las plazas", que estoy de acuerdo en que no lo hacen con el mimo que deberían.. Hace falta también ciudadanos cívicos, que no las pintorreteen con spray, que no tiren la basura en la farola a cualquier hora o comercios que no saquen montañas de cajas de cartón a cualquier hora a la esquina de la plaza.



Aquí mucho apuntar al Ayuntamiento, pero a veces sería prudente que le diéramos un giro de 180 grados al dedito y nos apuntemos a nosotros mismos, que tenemos mucho que cambiar... O que afear a los que se dedican a destrozar lo que es de todos. Yo pongo a parir al que veo tirando basura en la esquina o pintando una pared.
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